Loading...
Invitado


Domingo 23 de febrero de 2014

Portada Principal
Revista Dominical

El mundo sobrenatural del hombre andino

23 feb 2014

Fuente: LA PATRIA

Por: Mario Medina Alarcón - Investigador de arte y miembro del Comité de Etnografía y Folklore LA PATRIA

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Al hacer un estudio del mundo sobrenatural del hombre andino, se debe tener en cuenta que ellos, a pesar de considerarse católicos, practican muchas de las costumbres aimaras con sus creencias y superticiones hasta los poblados más aislados, donde gran parte de las prácticas religiosas tradicionales se han encubierto bajo formas de ritos católicos. Por tanto”… querer conocer la religión aimara actual en sus elementos constituyentes, localización geográfica e históricamente, demanda recurrir a las fuentes religiosas españolas y americanas” (Mishkin).

Por tanto, será necesario e indispensable conocer cómo sucedió la mezcla entre la religión católica y la tradicional, datos semejantes se pueden encontrar en la importante exposición realizado por Kubler.

Sin embargo, hacer una somera referencia histórica donde los españoles después de conquistar el territorio andino se impusieron como una labor de importancia cristianizar a los pueblos conquistados, tarea que en el s. XVI, se tornó difícil por la natural resistencia que opusieron sus habitantes en aceptar una religión diferente. La reciente organización, como el establecimiento de las autoridades y las guerras civiles que se suscitaron, impidieron llevarse a cabo con éxito esta labor. ”Pero a partir del s. XVII la iglesia envió sus fuerzas en una ambiciosa y exitosa campaña para desplazar la idolatría, lográndose hasta 1660 la cristianización de gran parte de los aimaras” (Kubler) de la misma manera intervinieron muchos extirpadores de idolatrías confiscando una serie de huacas y residuos.

Este proceso de extirpación fue efectuada para conseguir los siguientes objetivos:

a.- Convencer a los indígenas de la existencia de un solo Dios verdadero

b.- Demostrar que el Universo ha sido creado por Dios

c.- Inducir a los indígenas con ejemplos para que entiendan y participen de los Sacramentos. (Arriaga)

Sin embargo, a pesar que fueron destruidos muchos ídolos y los instrumentos de idolatría, los nativos continuaron venerando: cerros, montañas, arroyos, puentes, lagos, la tierra, y muchas otras formas naturales, mientras que: “Las censuras eclesiásticas ten-dían a extirpar las prácticas antiguas, para substituirlas más fácilmente por el catolicismo que trataban de implantar en esta zona. Pero no lograron su objetivo por completo, así las supersticiones llegaron a fusionarse y confundirse con la de los españoles”. (Paredes) Superviviendo algunas prácticas antiguas bajo formas cristianas, y ” … algunos aspectos de la religión antigua han sobrevivido casi intactas en la actualidad”. (Rowe)

ESPIRITU DE LAS MONTAÑAS

La idea de la existencia de espíritus llamado también Apus o espíritu de la naturaleza habitan los cerros y montañas es una concepción antigua, que en la actualidad continúa rigiendo con muy pocas variantes. En la mentalidad andina se creyó que el poder sobrenatural de los cerros y montañas variaba en proporción directa a su altitud, así los picos cubiertos de nieve eran deidades muy importantes como el nevado del Sajama que es muy venerado por los habitantes de la zona denominándose, “achachila” por otra parte, al igual que otras montañas tenemos al tata Sabaya, el Illimani, el Sorata, el Huayna Potosí, etc.

La devoción a estas montañas es un elemento significativo de la religión andina porque cada uno de ellos se convierte en un ser que piensa, que ama, que siente, incluso que se enamora, como es el caso de los nevados Sajama y Sabaya, quienes se disputaron el amor de la Apus deidad femenina del cerro Caricuma.

La conducta de estos Apus exteriorizan ambivalencias, vale decir, que pueden comportarse en forma malévola o como también benigna con los hombres, razones por las cuales se debe guardar buenas relaciones, así por ejemplo cuando se realiza la T’inka (brindis ritual) a modo de los antiguos es como “Cuando toman chicha, los indios introducen sus dedos en el líquido y lo salpican hacia el sol, la tierra o a su lumbre, con una oración por la vida, paz y satisfacción“. (Rowe)

Si se ponen a masticar la coca, cogen las primeras hojas entre sus dedos y soplan ceremoniosamente en dirección al lugar habitado por el Apus como una forma de saludo, recuerdo o veneración. Es muy probable que con estos convites calmen la sed de los de los seres sobrenaturales, debiendo hacer ofrendas más consistentes, en forma periódica o cuando la oportunidad lo exija para calmar el hambre, de esa manera los propiciadores ya no son víctimas de las represalias que puedan tomar los Apus en contra de sus bienes o su misma salud.

Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos: