Sábado 22 de febrero de 2014
ver hoy
El orureño nunca muere
Su espíritu eterno
se une a Dios
Al orureño no lo carga el diablo
Porque en su querer
La Santa Intercesora,
lo guía con su candela
Y aparta a Lucifer
Librad la buena batalla
Entre ángel y demonio
que moran en él
Decapitando sus
defectos ve triunfar su fe
Recorre las calles cantando
y bailando
Haciendo de su canto y danza una oración,
Que abren las puertas
del templo en el socavón
Arrodillado en atrio
temblando de emoción
Se aproxima al ara, se
postra a los pies,
Ya redimida el alma,
de gozo llora el corazón.