Un pliego petitorio más

No les voy a contar lo que todos saben. Oruro, en los últimos 50 años, ha presentando pliegos petitorios a todos los gobierno de turno. Bueno, a los gobiernos dictatoriales, creo que era la única forma de aproximarse y probablemente algunos hayan tenido algún resultado. Sin embargo, seguir haciéndolo ahora que el país, constitucionalmente y por voluntad expresa de un referendo departamental, ha ingresado en el ámbito autonómico, es francamente una paradoja.

Pero veamos el contenido de este último pliego. En él se incluye el Puerto Seco, proyecto que se elabora su diseño final. Este estudio —como creo que conocen todos—, luego de un tortuoso proceso, fue adjudicado a la empresa Prointec en mayo de 2009, consultora que según contrato, debiera realizar el trabajo en 10 meses. A la fecha, febrero del 2010, estamos a 1 mes del plazo de la entrega final y no se conoce públicamente, sino el primer informe, que fue presentado en noviembre del 2009. La Prefectura de Oruro, no fue capaz de explicar por qué, no se ha conformado una contraparte técnica consistente para realizar el seguimiento a las actividades de la consultora y tampoco ha sido capaz de explicar por qué, en el primer informe no se incluye el estudio de mercado que justifique la viabilidad económica del emprendimiento. Lo que sí se ha definido, es la ubicación del Puerto Seco, el que estará situado en la localidad de Soracachi, lo que representa un verdadero perjuicio a los intereses del municipio de Oruro. Al respecto, muy pocas instituciones locales se han pronunciado. No sabemos si esto se debe a que no les interesa el tema o no quieren contrariar las decisiones políticas del Gobierno.

En el pliego petitorio, también se incluye el aeropuerto internacional, proyecto que en varias oportunidades fue negado por los gobiernos de turno. No hace mucho tiempo atrás, el propio presidente Morales refiriéndose al tema, señaló: “Oruro, no requiere un aeropuerto para vincularse con La Paz”. La falta de un aeropuerto, indudablemente se constituye un perjuicio para las actividades económicas de la región, tanto el comercio, como el turismo, son actividades potenciales que al no contar con una vinculación aeroportuaria, no logran consolidarse como se quisiera. Sin aeropuerto, las actividades comerciales de Oruro, corren el riesgo de trasladarse a otros distritos, como está sucediendo paulatinamente, sin que los propios orureños reparen en ello; asimismo, sin aeropuerto, las actividades turísticas, nunca alcanzarán los niveles que permitan hacer de ésta actividad, uno de los rubros más importantes de la economía regional.

Pero volviendo al pliego. En él se incluye también, los caminos Oruro - Pisiga y Oruro - Ancaravi - Tambo Quemado. El Oruro - Pisiga, tramo que es una reivindicación histórica de los orureños, varias veces y por varios gobiernos, fue inaugurado, asegurando que todo estaba financiado y que se trataba sólo de tiempo, para su entrega definitiva. Estamos en el 2010 y este tramo sigue en construcción. En realidad esta obra pudiéramos calificarla ya, como “la inconclusa”. En cuanto al camino Ancaravi - Turco - Tambo Quemado, la Prefectura de Oruro, ha hecho conocer que se pretende transferir la obra del Servicio Departamental de Caminos a la Administradora Boliviana de Carreteras. Este tramo, de una longitud de 56 kilómetros, tiene un costo de 94 millones de bolivianos. Se encuentra en ejecución desde el 2007 y debió entregarse en abril de año pasado. A fines del 2009, la ejecución física era de 9.94% y la financiera del 23.48%, situación que motivó el reclamo de varias comunidades de la zona.

Para tener una valoración de la importancia de este camino (el Oruro – Ancaravi - Tambo Quemado) voy a mencionarles algunos datos: Fíjense, por la frontera de Tambo Quemado, que se vincula al interior del país, con la localidad de Patacamaya (departamento de La Paz) y no con la ciudad de Oruro, como debió ser siempre y no lo permitieron los gobiernos de turno (todos ellos centralistas), salen 1.100 millones de dólares de exportación del país con rumbo a país del Asia principalmente. Por otra parte, por esta misma frontera, ingresa al país, 1.600 millones de dólares por concepto de importaciones, de los cuales, sólo 400 tiene como destino Oruro. Como nos podemos dar cuenta, la conclusión del tramo Oruro - Ancaravi - Tambo Quemado, es sin duda el principal emprendimiento que debiéramos impulsar. De lo contrario —mientras tanto— las mercancías de salida y entrada a Bolivia, seguirán pasando por “nuestras narices”, sin que podamos consolidar la actividad comercial y menos emprender un proceso industrial en nuestra región.

Con esa información, concluirán ustedes preguntándose conmigo: ¿Cómo es que la Prefectura de Oruro (administrada por el MAS), no hizo lo suficiente para garantizar que esta obra se concluya en los plazos previstos?, ¿a quiénes beneficia que éste tramo no se concluya prontamente?, ¿dónde está el compromiso de la brigada parlamentaria (la anterior y la nueva) con los intereses regionales? Lo menos que podemos decir en este tema, es que son buenos para pedir el voto, pero ineficientes para responder a las demandas regionales.

Entre los otros proyectos incluidos en el pliego petitorio, están la fábrica de cemento, la de cartón, el estadio para el club San José, el hospital de tercer nivel, el hospital materno infantil, la construcción de un albergue para víctimas de la violencia familiar y otros. Para decirlo de una manera figurada, se mezclan “papas y cebollas”. Yo no sé si tendrán una percepción cabal de la importancia de unos y otros proyectos. Los indicadores de salud en nuestro departamento son francamente alarmantes, fundamentalmente la mortalidad materno-infantil. Sin embargo, en estos últimos cuatro años, las autoridades departamentales (Prefecto y brigada parlamentaria) han hecho muy poco para garantizar que el materno infantil sea una realidad. Estaba en sus manos y no lo hicieron.

Por otra parte, entre las demandas incluidas, está la famosa fábrica de cartón que –según se conoce– se está construyendo. Al respecto nunca se ha sabido, dato alguno de su factibilidad, principalmente económica. No sabemos si será rentable o no; no sabemos a quién venderán su producción y si los precios de sus productos serán competitivos con los existentes en el mercado actual. Lo que sí sabemos, es que la demanda de cartón, está fuertemente asociada con las exportaciones, principalmente con los productos no tradicionales, los que lamentablemente, han sufrido una baja en sus niveles exportadores, producto de las políticas de relacionamiento internacional del Gobierno central.

Finalmente, pudiéramos decir que este pliego petitorio es uno más de los tantos que la región ingenuamente ha presentado ante el Gobierno central. Ojalá sea el último. Oruro, antes que presentar pliegos petitorios, debiera comenzar a visualizar y organizar su futuro en el ámbito autonómico. Sólo la construcción de un proyecto político concertado de desarrollo, que involucre a todos, permitirá que los planes y proyectos de la región se hagan realidad

(*) Director de A. C. Cramer

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