Martes 18 de febrero de 2014
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Como bolivianos estamos conscientes de que sólo con nuestra propia decisión expresada en las urnas el próximo mes de octubre, daremos mayor vigor y fuerza material al proceso democrático instaurado después de un largo período de dictaduras militares.
Por eso, la participación electoral ciudadana, cobra enorme importancia, al ponerse en juego el futuro nacional, tomando en cuenta principios básicos de la alternabilidad gubernamental para no caer en el despropósito dictatorial enmarcado en un tremendo accionar contrario a normas que garantizan vivir dignamente, con trabajo, cuidando el bienestar de la familia.
En tantos años de democracia, hemos sabido llevar adelante acciones para que Bolivia constituya un ejemplo de cómo, solo con la decisión popular, se puede forjar un mejor destino.
Quien sea elegido como nuevo Presidente Constitucional de la República, debe pensar primero y siempre en Bolivia, incentivando una equitativa distribución de los recursos públicos, situación que favorecerá a cada uno de los ciudadanos diseminados en el territorio nacional, con los mismos derechos, sin importar su carácter urbano y rural.
El futuro mandatario debe tener presente que hay capacidad de crecer y desarrollarse, especialmente si la ciudadanía conoce y asume su propia responsabilidad en ese sentido.