Al cerrarse la gestión 2013 y sólo a horas de comenzar el nuevo año, quizás como un regalo especial para Oruro, se logró la firma del contrato con la empresa Congar, la Administradora Boliviana de Caminos ABC y autoridades provinciales, para que en el tiempo de 22 meses se concluya la construcción del último tramo en el corredor bioceánico que une la ciudad de Oruro con la fronteriza localidad de Pisiga.
Se trata de un contrato que importa la suma de 126 millones de bolivianos para terminar el corto tramo de 41,2 kilómetros de extensión entre las localidades de Kulluri y Ancaravi, evidentemente el último tramo que está inconcluso en una carretera de más de 200 kilómetros que se anhela más de medio siglo atrás.
Los ejecutivos de la empresa Congar comprometieron un trabajo permanente para avanzar en el proyecto complementario caminero hacia Pisiga, pero han solicitado a las autoridades provinciales establecer las mejores condiciones de control para que no se interfieran los trabajos, particularmente con demandas de vecinos de algunas localidades donde deben establecerse depósitos de materiales (agregados) y campamentos para trabajadores y vehículos. La queja señala que en muchos casos los comunarios fijan precios elevados para ceder temporalmente esos espacios, lo que altera el ritmo de trabajo.
Por lo menos en el caso presente, se garantiza el cumplimiento de normas y la cooperación de vecinos, pues se trata de consolidar una moderna carretera que será parte de los planes de integración departamental y de expansión hacia el territorio chileno para llegar a sus puertos, el caso de Iquique y Arica.
La Corporación Andina de Fomento (CAF) asegura el último financiamiento de 126 millones de bolivianos, en tanto que la ABC, compromete la provisión de 26 mil toneladas de cemento Soboce para el corto tramo de la carretera de pavimento rígido.
Increíblemente después de tanto batallar para tener la carretera pavimentada hacia Pisiga, ahora que se comenzará a construir algo más de 42 kilómetros, la esperanza está cifrada hacia casi dos años más, precisamente en lo que algunos expertos consideran el espacio más corto que unirá la franja asfáltica que ya se utiliza en la parte del occidente en la ruta a la frontera y con ciertas dificultades en la región que corresponde a la vinculación con nuestra ciudad.
Se ha mencionado algunas condiciones del convenio, tiempo, precio, longitud y otros detalles sobre construcción de puentes, alcantarillas y señalización en todo el tramo, pero no se han detallado ciertas condiciones de cumplimiento de las metas previstas, boletas de garantía y acciones que deberán aplicarse si se producen retrasos, alteraciones o definitivamente incumplimiento de obras.
Mencionamos el hecho, fundamentando la apreciación en lo que ocurrió con anteriores contratos que fueron incumplidos, y los responsables quedaron tan tranquilos como si no hubiesen causado daño al distrito de Oruro. Este es un asunto que debe merecer atención especial de supervisores y las autoridades departamentales como las provinciales.
Se trata de lo que puede denominarse “el último esfuerzo” real y efectivo para concluir el pavimentado de la soñada, anhelada y urgentemente necesaria carretera bioceánica entre la ciudad de Oruro y Pisiga en la zona fronteriza, por lo mismo esta fase de cierre debe ser estrictamente supervisada, pues ya es demasiado el tiempo de espera y han sido muchas las trabas que demoraron la concreción de una obra que se ha hecho por tramos saltados y con una lentitud asombrosamente prolongada, valga la redundancia.
Fuente: LA PATRIA
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