Loading...
Invitado


Domingo 16 de febrero de 2014

Portada Principal
Cultural El Duende

EL MÚSICO QUE LLEVAMOS DENTRO

Willy Claure

16 feb 2014

Responsable: Gabriel Salinas Padilla

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Antropólogo de profesión y músico de oficio, Willy Claure es también un apasionado de la cueca, ritmo con el que contribuyó de manera significativa al repertorio folklórico del país. Sus obras, particularmente instrumentales, fueron interpretadas y grabadas por músicos de reconocida trayectoria. Autodidacta en la música, decidió abrazar la carrera artística en 1978. Durante más de tres décadas acompañó a grandes intérpretes y grupos de la música boliviana como Khanata (siendo todavía un adolescente), Emma Junaro, Los Jairas, William E. Centellas, Jacha Marka, Savia Nueva y Ruphay, por citar algunos.

José Willy Claure proviene de una familia de guitarristas. Su padre y la casi totalidad de sus doce hermanos pulsan el instrumento con similar maestría. El compositor recorre escenarios llevando a la cueca como carta de presentación, de su genuino y fundamental medio de inspiración y manifestación musical. Y es que la cueca adquirió una nueva forma de expresión desde que se dejara atrapar por el talento de Claure; alcanzó connotaciones especiales en la pulsación de su guitarra, la melodía y también el canto. “No le digas”, una de las obras más emblemáticas del repertorio boliviano, tiene como autores al mítico Jaime Saenz en la letra y Willy Claure en la música.

Para los entendidos en música, la inclinación de Claure por la cueca no tuvo otra intención que la de darle una evolución diferente hasta emparentarla con las grandes composiciones contemporáneas latinoamericanas. Así lo hizo, suman decenas las veces que subió a un escenario, tomó el micrófono, entró en comunión con la guitarra y encandiló al público boliviano y europeo.

“La música me unió a otros artistas con buenos y exitosos resultados, experimenté un desarrollo musical bueno y sin mayores dificultades”, señaló el artista cuyo repertorio, al margen de obras nacionales en varios géneros, incluye temas de Violeta Parra, Luís Alberto Spinetta, Joaquín Sabina, Fito Páez, Alberto Zitarrosa y otros. Su perfil de compositor salió a luz a inicios de los años noventa. Decidió continuar solo e imprimir a su trabajo un sello particularmente instrumental. Los temas fueron fluyendo sin la intención de que sean exitosos, si no que lleguen a los músicos y a través de ellos a la gente. Para Claure la cueca es un ritmo auténtico y en constante desarrollo, de ahí su identificación plena con el ritmo del 6 por 8. Escribir e interpretar cuecas le abrió un espacio donde llegó a desenvolverse con soltura, le agrada el concepto: el ritual con el galanteo, la conquista, en fin toda una secuencia con detalles que la hacen única, no en vano aportó al pentagrama nacional con más de medio centenar de composiciones en este género, hizo arreglos a cuecas tradicionales, escribió su tesis sobre el tema “Cueca y matrimonio en el valle de Punata” y, por supuesto, lo baila a la perfección.

La cueca tiene toda una historia. De la investigación de Claure se desprende, por ejemplo, que el galanteo y la conquista del varón que caracterizaran a la coreografía de decenios atrás ya no existen ni en los matrimonios. Las cuecas tienen diferencias en tonalidades, la velocidad y el aire con que se interpreta y baila aunque la estructura sea la misma. El jaleo en nuestro país no se da en las cuecas de Chile, Perú y Argentina.

“Lo mío es la melodía, soy un músico que compone melodías antes que letras”, había dicho en una oportunidad. La recepción de la música boliviana en Europa, particularmente en Suiza, es amplia; los suizos sienten una identificación especial con la música andina. Pero como a los europeos les es difícil diferenciar la cultura de Perú, Ecuador y Bolivia, Claure decidió trabajar en ese plano; con talento y habilidad superó la barrera, logró que los aires nacionales no sólo se hagan visibles en ese ámbito, sino que queden arraigados en el sentimiento de los suizos. Sus presentaciones incluyen música contemporánea. Si bien Claure respeta el trabajo de los músicos que buscan recuperar los valores de la música tradicional, él prefiere dejar cosas nuevas, innovaciones y arreglos que le den otro matiz musical. “Felizmente mi trabajo no fue pirateado hasta hoy, probablemente se deba a que los discos son producidos de manera independiente y no voy detrás de obras célebres, mi objetivo –afirma– es tocar, hacer discos y que la gente los escuche. Con respecto a las regalías por derechos de autor tengo problemas acá pero no en Suiza”.

Alternativa: es una producción de especial significación en su carrera, fue grabada con guitarristas de la talla de Rodrigo Villegas, César Jenaro, Manuel Monroy, Juan Carlos Cordero, Gabriel Navía, Víctor Hugo Mercado y Glen Vargas, con ella marca una nueva forma de interpretar la cueca boliviana, de enriquecerla hasta lograr exquisitas melodías armónicas, una verdadera alternativa a su tradicional forma.

Simultáneamente Claure realiza otras producciones. Por citar algunas, un libro con 28 obras suyas para guitarra, fue publicado en 2003. Se trata de partituras interpretadas como temas obligatorios en distintos concursos de guitarra en Bolivia. Además de boliviano, Claure tiene la nacionalidad suiza por un matrimonio anterior. Hace 15 años que divide su tiempo entre Europa y Bolivia, 6 meses en Zurich y otros 6 en la llajta, creando y ofreciendo conciertos pues la música es su medio de vida. “Probablemente algún día deje el escenario para dedicarme a la antropología pero nunca la guitarra. De acá a algunos años me veo escribiendo un libro de partituras con arreglos para cuarteto de guitarras y otro sobre los orígenes de la cueca, componiendo para mí y manteniendo mis utopías”, agregó. Con muchos merecimientos, Willy Claure es digno de considerarse un compositor magistral del ritmo de la conquista; el músico que llevó a la cueca a una dimensión desconocida, de pureza en notas y acordes; que va detrás de la música con sentimiento para eternizarla aferrado a su guitarra. (Fuente: Jiwaki N 37)

Para tus amigos: