Estamos perdiendo la guerra contra la basura y la contaminación

Desde que cierta presentadora de televisión realizó comentarios acerca de la suciedad y la fetidez de la ciudad de Oruro, molestando a los ciudadanos por la forma despectiva que usó para hacerlo, se ha declarado una guerra contra la basura, sin embargo, al parecer la estamos perdiendo.

Ahora que estamos en época de calor y lluvias se notan las deficiencias en cuanto a drenaje de aguas estancadas, taponamiento de sumideros y bocatormentas, además de exceso de basura que se acumula en las calles, todos esos factores contribuyen a que exista mucha contaminación y se expandan los focos de infección.

Los vecinos que viven cerca del botadero municipal hace poco se quejaron por las condiciones antihigiénicas que tienen que soportar, se hizo limpieza y fumigación de la zona, pero el problema no se cortó de raíz.

Por otra parte, los ciudadanos debemos enfocarnos en no ensuciar nuestra ciudad, enseñar a nuestros niños, con el ejemplo, a no botar basura en cualquier parte, sin embargo las autoridades deben contribuir colocando contenedores o basureros para que se tenga un lugar específico en el cual dejar esos desechos ya que al no encontrarlo la gente decide botar su basura en cualquier lugar.

Otra contribución que pueden realizar las autoridades a que la ciudad luzca más limpia y además huela mejor, es ocuparse de la limpieza de sumideros y bocatormentas, de la limpieza de calles y terminar las obras que comenzaron, pues al dejar las diferentes arterias de la ciudad a medio hacer o con huecos abiertos el agua se estanca y comienza a despedir olores pestilentes.

Estamos a dos semanas de la realización del Carnaval de Oruro, ya comenzamos a recibir visitantes de todas partes, y no debemos permitir que se lleven una mala impresión, porque cuando critiquen nuestra ciudad y digan que es sucia y maloliente seguramente nos molestaremos como ya lo hicimos en el pasado, pero la solución está en manos de todos, tanto ciudadanos de a pie como de autoridades, municipales y departamentales.

Fuente: LA PATRIA