Breves apuntes sobre la Democracia y la Revolución socialista
06 feb 2010
Por: Adhemar Avalos Ortiz
La Revolución socialista se ha recreado y ha nacido para construir, mejorando la vida de los seres humanos, y así debe seguir siendo, por las siguientes razones:
1. Un comunista no puede, ni debe, ser un reclutador mercenario de cuerpos y conciencias, sino nada lo diferenciaría de los fascistas, apenas el contenido de los discursos, los que hablan de una “disfrazada igualdad”, los que valen “un bolívar venezolano”, no el del patriota, sino el del depauperado líder, el que no significa nada, ni siquiera el precio del papel en el que viene, expresado en “valores de pacotilla que han tergiversado sus verdaderas ideas”.
2. Se ha combatido injusticias usando las más horribles aberraciones en nombre de la Humanidad, de la Revolución socialista. Se ha matado sin medida ni clemencia lo más puro. El marxismo, si bien puede ser demasiado duro, por su esencia de lucha, no ha sido originado para asesinar, sino para vivir esencialmente en la construcción de un futuro cierto.
3. Toda persona, ser humano, tiene derecho a disentir, a expresar su voz por encima de todas las cosas, por sobre las peores calamidades que puedan pasar en un Mundo perverso, aún cuando nos torturen y desgracien, aún cuando nos aplasten y asesinen.
4. La democracia no se puede basar en aniquilar a los enemigos políticos, y, peor todavía, a los que expresan un pensamiento diferente, el que asegura su nobleza y radicalidad.
5. El juicio justo es más que un concepto, se trata de una norma correcta y un derecho inalienable e imprescriptible de la democracia occidental, la que supera el Derecho positivo para concentrarse en algo mejor: el Derecho superior, el que está basado en lo mejor del ser humano.
6. La Revolución socialista, o comunista, no puede cometer crímenes en aras de un futuro ya manchado de sangre, de una transgresión de leyes recargada con el absolutismo más retrógrado, el de los primeros años del feudalismo.
7. La Revolución socialista solamente se justifica por su capacidad de generar “concepto y programa para el cambio verdadero”, no el de el MAS que es involutivo, aunque se crea lo contrario. El se construye exclusivamente en el totalitarismo fascistoide, el de sus turbas ignorantes, desconocedoras del mundo universal.
A veces, es necesario, y pertinente, hacer notar que solamente en caso de guerra se puede, y debe, recurrir a la violencia máxima, a la que todo pueblo decente está obligado y los revolucionarios más todavía. Pero, utilizar la violencia para quitar la vida por bronca o comodidad es un crimen contra la Humanidad, es la peor aberración de la política. El revolucionario solamente recurre a ese extremo por una necesidad fatal, la que redime todo. Quitar la vida es un asunto de primerísima importancia que tiene que ver con asuntos sustanciales de las personas y los pueblos. El cumplimiento del deber implica “ejecutar por justicia y no por venganza o represión”. Ahí está la esencia del comunismo.
El comunista está y vive para recrear la vida, a pesar de que pueda entregarla o quitarla por algo superior, y en eso radica su fortaleza. El Che Guevara fue duro, pero justo en lucidez y obra. Por ello es grande en su pensamiento y muerte, “la que le hizo pervivir por siempre y lo catapultó a la cúspide de los auténticos revolucionarios comunistas”, muy al contrario de los actuales aprendices que gobiernan hoy Bolivia, los que cínica e hipócritamente levantan su nombre y el de la Revolución socialista, manchándola con una peste comunitaria.
(*) Politólogo
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