Con la celebración del 233 aniversario histórico en Oruro, recordando la acción patriótica que se desarrolló en 1781 para frenar el abuso de los colonizadores y abrir la ruta de la liberación en ésta parte de América, más de dos siglos es suficiente tiempo marcado de esperanzas para alcanzar también los objetivos de una total liberación…que aún no se manifiesta plenamente.
Los menos optimistas ya cansados de exigir la atención a un pliego petitorio con más de una decena de anhelos que hace años se lo presenta para cada 10 de febrero, señalaron recientemente, “algo avanzamos, ya tenemos el soñado Aeropuerto Internacional”, aunque su nominación de Juan Mendoza sea deliberadamente ignorada por las autoridades y algunos orureños de poca memoria.
Es decir que después de más de una década de reclamar la obra, la misma se hizo realidad, se la entregó, se la estrenó, y es parte del patrimonio local que servirá – no sabemos cuándo – para complementar el proyecto del Puerto Seco, otro anhelo que tarda bastante en concretarse, aunque ya tendrá su muro perimetral.
La carretera bioceánica entre la ciudad y la población fronteriza de Pisiga tarda más de medio siglo en concretarse, ahora falta un mínimo tramo de asfalto que con buena suerte podrá entregarse en la presente gestión.
El rubro considerado como el más importante para garantizar la economía del departamento está reduciendo su efecto productivo, pues son menos las empresas que tienen trabajo activo y no se vislumbra ninguna inversión que pueda considerarse grande para promover la minería regional.
Hay otras potencialidades naturales para diversificar nuestra economía, el caso de la quinua o los camélidos, la proyección futura motivará una mayor actividad en el rubro turístico receptivo en alianza estratégica con la artesanía y una agresiva promoción de nuestra riqueza natural, el fabuloso carnaval y otros elementos que son fuente de interés para mucha gente ávida de aventura y de emociones extraordinarias.
Oruro mantuvo en sus mejores años nominaciones orgullosas como la de “Centro Ferroviario” del país, su posición estratégica y geopolítica sigue siendo la misma, por tanto este aspecto debería merecer una atención singular para mejorar, reponer y ampliar el sistema ferroviario, conectarlo de manera bi-modal con el transporte terrestre y consolidar el corredor bioceánico que nos acerque a los puertos del Atlántico y el Pacífico.
Seguimos reclamando la aplicación de leyes de incentivo a la instalación y crecimiento del sector industrial y comercial en un amplio Parque Industrial que no llega a concretarse, mientras proyectos que han rescatado la idea y con las mismas características han sido impulsados y consolidados en el interior, caso concreto de la ciudad de El Alto donde ya se han asentado muchas industrias.
Y son más las “cuentas” del rosario de las peticiones orureñas, que no se las toma en cuenta y por lo mismo siguen formando parte del pliego petitorio local, un nuevo hospital de tercer nivel, el mercado central, el embovedado del Río Tagarete, la ampliación de la explanada de la Avenida Cívica y la construcción de un monumental complejo folklórico, cultural y tradicional.
A 233 años de la valiente acción de los patriotas orureños, que buscaron nuestra independencia, quiérase o no seguimos dependiendo del modelo centralista que absorbe y frena nuestras ansias de desarrollo. Este año deberíamos comprometer la unidad de todos los orureños para enfrentar la adversidad, asegurando la vigencia de nuestra autonomía y el derecho a mejorar nuestro modus vivendi. Viva Oruro unido y fortalecido.
Fuente: LA PATRIA
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