En Santa Cruz las cosas se mueven con mayor facilidad, seguridad y la rapidez que se hace necesaria en ciertas obras de beneficio colectivo, es el caso de la construcción de un escenario especial para observar con carácter de privilegio la fiesta grande de las carnestolendas cruceñas, el “cambódromo”.
Por los datos que se difunden se trata de una explanada en su dimensión para permitir el desplazamiento de monumentales carrozas, de comparsas y grupos carnavalescos que serán parte de más de una jornada, entre horas del día y la noche, pero en este caso permitiendo a los espectadores gozar de ciertas comodidades, especialmente en espacio, bajo techo, con diversa atención de refrigerios, buena cantidad de servicios higiénicos y permanente presencia de guardias de seguridad, además de una inobjetable ubicación para no perderse nada del excelente espectáculo “camba”.
Esto de los escenarios particularmente preparados para tiempo de carnavales tiene su ejemplo original en el Brasil, donde se construyó el sambódromo, que se convirtió en una apetecida estructura para autoridades, diplomáticos y miles de turistas que buscan comodidades para deleitarse con un espectáculo por el que pagan muy bien.
En Santa Cruz la idea surgió un par de años atrás de manera responsable y seria para permitir la habilitación del escenario adecuado y privilegiado para cierta gente que busca deleite, pero con comodidad y seguridad y con el apoyo de autoridades e instituciones afines a la fiesta de las comparsas el proyecto tomó su rumbo y se anuncia que este año, los hermanos cambas, los residentes nacionales y los turistas tendrán a disposición el “cambódromo”.
Referencias más o menos sobre el tema, nos recuerda que en Oruro, Capital del Folklore de Bolivia y sede del mayor e inigualable carnaval devocional y folklórico del mundo, ya se habló de construir lo que se denominaría el “diablódromo”, escenario para gozar de las diabladas y de todas las otras muestras de fabulosa demostración de arte y colorido en lo que se ha llamado el mayor ballet callejero que se conozca en el mundo.
El asunto ha sido objeto de varias tertulias, inclusive algún seminario y por supuesto un intercambio de ideas entre representantes de autoridades y de los grupos participantes del Carnaval a través de su entidad aglutinante la ACFO, sin embargo es poco lo que se avanzó de manera seria y práctica, pues ni siquiera en el espacio útil que se mantiene, se concretan mejoras que sean sustanciales, excepto que marche y se haga realidad la idea de techar parte de las graderías de la Avenida Cívica, aunque el tiempo es realmente corto para cumplir ese propósito.
Lo ideal es que se defina un proyecto que cumpla todas las etapas de su implementación, su diseño final, su estructura moderna y lo importante el costo de la obra, para gestionar su financiamiento, de modo que con un contrato legal se proceda a la habilitación del “diablódromo” que se constituirá en otro de los sueños que acarician por años los orureños.
La Avenida Cívica debe transformarse en una nueva estructura ampliada, equipada y adaptada a las necesidades no sólo carnavalescas, sino también de todo tipo de actividades que reúnan importantes contingentes de personas. La estructura debe complementarse con salas de exposición, de conferencias, museo, material bibliográfico y todo lo relacionado con una gama de recuerdos y artesanías devocionales y carnavalescas requeridas por los visitantes. Lo que Oruro quiere es un verdadero complejo turístico, cultural y folklórico.
Fuente: LA PATRIA
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