Por lo menos tres tipos de contaminación diaria afectan seriamente la salud de la población. La contaminación del medio ambiente por varios efectos, entre estos el gas tóxico de movilidades, alcantarillas tapadas, basurales en la calle y otras condiciones propias de la indisciplina ciudadana o el descuido de ciertos funcionarios del organismo municipal.
Otro aspecto contaminante es el que atenta contra los tímpanos de la gente que transita por las calles y está sometida a escuchar estridentes sonidos, desde los bocinazos de vehículos, incluyendo los agudos que anuncian la venta de gas licuado, además de autos con parlantes y bulliciosos anuncios, o negocios que también promocionan sus ventas de manera grotesca, con sonidos que son parte de la contaminación acústica.
Pero y desde hace ya tiempo ha surgido otra forma de atentar contra la salud ciudadana y es la definida como “contaminación visual”, es la que se ubica de manera especial en el centro de la ciudad, en puertas de todo tipo de negocios, en las paredes, letreros colgados que además de antiestéticos representan un peligro contra la humanidad física de las personas.
El sistema de publicidad visual ha crecido desmedidamente, ahora no hay un negocio por pequeño que sea que no utilice mínimamente un modesto anuncio en su frontis, puerta o ventana. Por su parte las medianas y grandes empresas utilizan modernos sistemas publicitarios, grandes pantallas de TV, banners, coloridas gigantografías, y en otros casos improvisados motivos de barata pintura y creatividad, pero igualmente a la vista de los peatones.
De acuerdo a estudios realizados en diferentes niveles médicos se establece que la contaminación visual es un factor altamente negativo que altera la concentración y capacidad de percepción de las personas, lo que incide en distracciones que pueden ocasionar accidentes, peor aún si los avisos están colocados de tal manera que la gente debe esquivarlos para no lastimarse la humanidad.
Lo grave del asunto, como en el caso de las otras formas de contaminación, tampoco para la de orden visual existe una reglamentación que impida que la ciudad sea saturada con esa suerte de anuncios que confunden y lastiman el sentido de la vista y la capacidad comprensiva de las personas, peor aún de los niños y jóvenes.
Quiérase o no, hay una invasión y hasta una agresión publicitaria desmedida que ocupa el espacio urbano y complica el buen vivir de las personas, arrincona a los viandantes, en unos casos o los expulsa de su territorio de seguridad y comodidad, como son las aceras, sitios ocupados por toda suerte de letreros, con pedestal, colgados de insólita manera, agrediendo la seguridad de los peatones que distraídos con tanto elemento publicitario o con las imágenes en pantallas de TV descomunales ponen en peligro hasta su vida, al caminar distraídos por las contaminadas calles de la ciudad.
Ya es tiempo de que las autoridades pertinentes frenen el abuso publicitario y reglamenten el uso de cada tipo de anuncio, despejando los espacios citadinos para proporcionar seguridad y comodidad a los transeúntes, sin que estos tengan que hacer malabares para eludir los ilegales y antiestéticos “avisos”.
No hay que olvidar que en poquísimo tiempo más irrumpirán las campañas políticas, con lo que el ciudadano común, por decirlo sencillamente, quedará “embadurnado” de afiches y panfletos políticos. Hay que evitar la contaminación visual, limpiando lo malo y dejando lo bueno para el disfrute de la vista.
Fuente: LA PATRIA
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