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Sábado 06 de febrero de 2010

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Revista Tu Espacio

Sexo

¿Es verdad que es natural que el erotismo decaiga durante el matrimonio?

06 feb 2010

Fuente: enplenitud.com

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Creo que no hay nada realmente natural, excepto los cambios. Si en cualquier situación que se sostiene en el tiempo las cosas se quedan estáticas e inamovibles, la energía comienza a estancarse, la clave para evitar esto es estar muy atentos a las señales que comenzamos a percibir, relacionadas con frustraciones, necesidades no satisfechas, aburrimiento o desgaste, pongamos una analogía que puede servir para comprenderlo: Si en un matrimonio las personas hacen las cosas (por ejemplo, el amor o se comunican) de manera automática una y otra vez, lo que antes era un placer puede llegar a convertirse en un martirio, excepto que haya pequeñas variaciones que sorprendan y devuelvan la vida al deseo. Muchas veces, es necesario dejar de tener algo (que damos por sentado) para extrañarlo y volver a disfrutarlo como si fuera el último o único, es como si dos superficies comenzaran a rozar una contra otra suavemente, al principio, es una especie de masaje, estimulante y vivificador, pero si no cambia la intensidad o la dirección o la velocidad de la fricción, llegará un momento en que ambas superficies comenzarán a desgastarse y se empezará a hacer un surco que puede ser muy difícil de borrar. Es necesario introducir cambios, pequeñas modificaciones o variaciones para enriquecer la relación y aportar nuevamente el deseo.

¿Qué se recomienda hacer para mantenerlo vivo?

Registrar necesidades, sensaciones y sentimientos propios. Estar abiertos a escuchar y percibir lo que nuestra pareja necesita. Pedir lo que necesitamos de una manera amorosa y no exigente. Encontrar alternativas para hacer las mismas cosas de manera distinta. Hacer otras cosas que no habíamos probado.

Alternar los roles que suelen instalarse de manera a veces rígida en las parejas (uno suele buscar y el otro suele dejarse buscar y es buscado), para sentir la diferencia entre lo que está "por sentado" y lo que extrañamos cuando no está.

Aprender a disfrutar de cada experiencia como si fuera la primera vez en la vida que la tenemos, recordar por ejemplo, cómo fue la primera vez que salimos con nuestra pareja o los primeros besos o lo que hacíamos al principio de la relación, que nos producía placer a ambos, y recrear esos momentos, procurando disfrutarlos como si fueran la primera vez o quizás ¡la última de la vida!

Fuente: enplenitud.com
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