Una vez más los choferes del transporte urbano de la sede de gobierno tratan de bloquear las buenas intenciones del Gobierno Autónomo Municipal.
Las amenazas de desacato a disposiciones municipales, la planificación de marchas, con los consiguientes perjuicios a la ciudadanía se abaten sobre una ciudad que, por su importancia en el contexto nacional y por ser la cara de Bolivia al mundo, no merece estar supeditada a caprichos y conflictos, que en otras latitudes serían risibles.
El condicionamiento que los choferes paceños tratan de imponer a la Alcaldía en cuanto a rutas se refiere, se convierte nomás en un precedente funesto para el resto de las capitales de departamento.
OPOSICIÓN AL PROGRESO
La oposición al progreso bajo argumentos de perder fuentes de trabajo, no es un argumento muy válido, pues siempre habrá alternativas para desempeñar otros emprendimientos ocupacionales.
Los lancheros del estrecho de Tiquina, por ejemplo, quisieron oponerse a la construcción de un puente, pero al parecer ya el impasse está superado, porque estos inicios del tercer milenio reclaman a gritos la modernización con megaobras, acorde al avance tecnológico.
Los choferes de la Paz, cuestionan a los buses PumaKatari e incluso al Teleférico.
Resulta incomprensible a estas alturas de la vida que el progreso intente ser frenado por intereses minúsculos de grupos, también minúsculos. Si comparamos el grueso de la población boliviana con el número de choferes del transporte público, éstos últimos son una minimidad; no obstante, abusando de la paciencia de la ciudadanía imponen la soberbia imagen de ser cientos de miles, lo que no es real. Bloquean calles y avenidas con el favor benevolente y muy paciente de la ciudadanía de a pie que, en otras circunstancias de tensión, seguramente despejaría esquinas y calles a simple y llana fuerza.
¿DUEÑOS DE LOS CAMINOS?
Algún sicólogo decía que el hombre se siente superior agarrando un volante, y tal cosa se puede ver a diario, no solo en los transportistas, sino también en ciudadanos que tienen vehículos.
Al parecer esta sensación de poderío hace que los choferes se crean dueños de calles, avenidas y carreteras. Pero ¿son ellos los dueños?, ¿pueden imponer caprichos?, ¿atenidos a qué?
Asalariados y propietarios tienen que saber que una actividad de servicio, como la que ellos ejercen debe ser practicada con humildad, con buena voluntad, tolerancia y educación. Si no existiesen los peatones o si las ciudades no hubiesen crecido, seguramente la existencia de vehículos sería insulsa.
ORURO
Los últimos incidentes entre vecinos de zonas periurbanas con choferes sindicalizados, nos muestran que en Oruro el mal ejemplo paceño estaría tomando cuerpo. Si aquellos vecinos quisieron romper el monopolio del transporte hacia su zona, tenían y tienen todo el derecho, luego, ¿Por qué oponerse?, ¿por qué satanizar a los vecinos?, ¿por qué no permitir el transporte libre?
La UTO y la Alcaldía anunciaban el año pasado la adquisición de buses. Sólo es de esperar que los choferes orureños no se opongan a un progreso justo y ansiado por esta capital del folklore en su afán de ponerse a la altura de las mejores capitales de Sudamérica y del mundo
El pueblo es paciente y aguarda que sean sus autoridades quienes solucionen los problemas y las demandas. Que la sangre no llegue al río en ningún lugar de nuestra amada Bolivia.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.