Jueves 06 de febrero de 2014
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Editorial y opiniones
Derechos humanos y democracia: obligación internacional
06 feb 2014
Fuente: LA PATRIA
Por: Marcelo Ostria Trigo
La Organización de las Naciones Unidas tiene como meta esencial preservar la paz universal. Pero ese no es el único objetivo. Hay otros igualmente trascendentales que apuntan a la protección de las personas y a impulsar el desarrollo humano, que no solo implica crecimiento económico, sino también el goce de las libertades democráticas y de los derechos individuales. En ese sentido, la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948, es uno de los documentos internacionales más significativos para la defensa de la vida, la propiedad, la dignidad, la integridad y la libertad de las personas.
No se sabe de nadie que haya objetado el contenido de esta Declaración de los Derechos Humanos, pero sí que pocos lo han cumplido o lo cumplen, pese a que, por ser miembros de las Naciones Unidas, todos la han adoptado como propia. Como resultado, las violaciones de estos principios no han sido –y es difícil que lo sean– pasibles a sanciones. La comunidad internacional aún se muestra incapaz de imponer el respeto a los derechos humanos. Por eso, cuando se saben de atrocidades, como las ejecuciones de un político y de su familia en Corea del Norte –ese “manicomio” creado por una cruel dinastía comunista–, hay revuelo, condena y rechazo. Nada más, y hasta la próxima tropelía sangrienta e inhumana.
Fuente: LA PATRIA