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Sábado 06 de febrero de 2010

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Revista Tu Espacio

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El Placer de Servir

06 feb 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: El Alquimista

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En nuestra búsqueda de la sabiduría universal cultivada por todos los pueblos del planeta, encontramos mucha sabiduría en escritos de poetas y poetisas contemporáneos, como es el caso de la insigne poetisa chilena: Gabriela Mistral, premio Nobel de literatura, que en su poema titulado “El Placer de Servir” nos muestra una de las caras más bonitas de este maravilloso aspecto de la vida que es el servicio. Transcribimos in extenso el mismo:

“Toda la naturaleza es un anhelo de servicio. Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco. Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú, donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú, donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú. Sé el que aparte la piedra del camino, el odio entre corazones y las dificultades del problema”.

“Hay alegría de ser sano y de ser justo, pero hay, sobre todo, la inmensa alegría de servir. Qué triste sería el mundo si todo en él estuviera hecho, si no hubiera un rosal que plantar, una empresa que emprender; que no te llamen los trabajos fáciles, es tan bello hacer lo que otros esquivan. Pero no caigas en el error de que sólo se hace mérito con los grandes trabajos, hay pequeños trabajos que son buenos servicios: ordenar una mesa, ordenar unos libros, peinar una niña”.

“Aquel es el que critica, éste es el que destruye, tú sé el que sirve. El servir no es sólo faena de seres inferiores. Dios que da el fruto y la luz, sirve. Pudiera llamársele así: El que sirve. Y tiene sus ojos fijos en nuestras manos y nos pregunta cada día. ¿Serviste hoy?, ¿a quién?, ¿a un árbol, a tu amigo, a tu madre?” (Por GM).

El servicio desinteresado y amoroso al prójimo debería ser uno de los factores más importantes de la expresión cotidiana de nuestras vidas, porque mediante el servicio fecundo podemos desarrollar las virtudes verdaderas que dignifican nuestras almas. Además nos da la oportunidad de sembrar maravillosas circunstancias que cosecharemos multiplicadas de acuerdo a la calidad de servicio que hayamos entregado. A mayor entrega, amor y voluntad que pongamos en el servicio que prestemos con humildad y desinterés, mayor será la cosecha de bendiciones y bienaventuranzas que llegarán a nosotros en forma natural y espontánea de acuerdo a la ley divina, que es perfecta y exacta.

Debemos comprender que, servicio significa sacrificio, que en su más alta acepción significa sacro-oficio, oficio sagrado. El Maestro Jesús el Cristo nos da la enseñanza más perfecta sobre tal servicio. Primero nos dice que El no vino a ser servido, sino que vino a servirnos y en otra oportunidad nos dice: “Si quieres venir en pos de mí, Niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme”. Esto significa estar preparado para el Supremo Sacrificio. Significa estar dispuesto, por amor, a dar hasta la última gota de sangre por nuestros semejantes. Significa vivir de instante en instante, en forma totalmente práctica, las enseñanzas del Gran Maestro, auto-transformándonos, de seres inconscientes en seres conscientes, de criaturas egoístas en criaturas amorosas. De hombres y mujeres esclavos de nuestros propios defectos, apetencias, traumas, complejos y temores, en hombres y mujeres libres, llenos de paz, amor, alegría, plenitud y sabiduría, expresando todo el tiempo ese amor y sabiduría como una donación de nosotros mismos, en abundante servicio al prójimo.

Seamos verdaderos servidores como es el Cristo, en su infinito amor, como es la Madre Divina, en su constante donación de vida y como lo es Dios Padre, con su infinito poder y misericordia.

Fuente: LA PATRIA
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