Miercoles 05 de febrero de 2014
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La ciudad de Oruro atraviesa por el caos vehicular y transporte del servicio público y particular, por el aumento considerable de motorizados que, desde hace mucho tiempo ingresan al país por la vía legal de importación y el contrabando de los denominados "chutos" que superan los controles aduaneros que existen en zonas fronterizas y en las ciudades donde están distribuidos funcionarios del COA, cuya mayor parte son proclives al soborno.
La ciudad que no tiene calles anchas, permite que el tránsito vehicular se concentre en las principales vías haciendo casi imposible el desplazamiento de motorizados, cuyos conductores tardan más de 30 minutos a sus fuentes de trabajo o rutas asignadas en su recorrido hacía mercados de abasto, casi siempre concentrados en el perímetro denominado zona "A", que abarca las calles Sargento Flores y San Felipe de norte a sur y Baptista hasta la Tejerina de oeste a este.
El caos también se "produce por el estacionamiento indiscriminado en calles y el inadecuado funcionamiento de semáforos que costaron a la Alcaldía, en la gestión de Edgar Bazán, 1.400.000 dólares americanos para 100 postes, es decir que cada uno con pantallas de tres foquitos tuvo un costo de 14.000 dólares, señalizadores que no tienen funcionamiento normal provocando los "embotellamientos".