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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Virgen de la Candelaria: ícono de un pueblo - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Oruro y Bolivia entera celebró el 2 de Febrero a la Virgen de la Candelaria más conocida como la Virgen del Socavón, Mama Candelaria, Canducha, Candila, Mesticita hermosa, Mamita del Socavón, que aparece como imagen o ícono de toda una cultura. Icono que desde hace muchos años forma parte de la historia de todos los pueblos latinoamericanos, que, a su vez, la han llevado consigo a otros puntos del mundo en que se han asentado.
El pueblo orureño es un pueblo de contrastes, fruto de sus avatares históricos, algunos positivos y otros no tanto. Son hombres y mujeres de contraste que se debe a que somos mestizos, esculturas de barro y mármol, hijos de la madre tierra y el Padre del cielo, herederos de las diferentes culturas que habitaban en lo que hoy es nuestro territorio nacional: aimaras, quechuas y otra cantidad ingente de nombres, etnias y culturas; mezcla de tradiciones como la católica, apostólica y romana, y de movimientos como la reforma y el renacimiento. Estos padres se fundieron para dar a luz a un pueblo único, una raza de bronce, en un parto que fue doloroso y largo: siglos, sangre, fuego, pero también rico y lleno de colores y esencias. De dos mundos surgió uno nuevo, uno que tiene la piel morena y habla castellano; pero también unos que hablan idiomas nativos y son capaces de darse a entender…
En todo este mestizaje amplio aparece la señera, imagen o ícono de Nuestra Señora del Socavón. Icono que años forma parte de la historia; y que nuestro pueblo desde el momento de la conquista se ha ido forjando -me atrevo a decir, se ha ido forjando con esa imagen, que es la artífice de este pueblo de tal modo que, sin lugar a dudas, lo ha dado a luz. Y es que la Virgen del Socavón ha acompañado a nuestra tierra en la creación de su identidad, y tanto mestizos como nativos vemos en ella una imagen que nos recuerda lo que somos y lo que estamos llamados a ser.
A esta imagen la llamo ícono, ya que cualquiera que la mire puede descubrir en ella un mensaje personal, pero al mismo tiempo comunitario o social. Bolivia en su totalidad ha descubierto en ella un rostro familiar, cercano, compasivo, amoroso y sobre todo, a una madre amorosa, que conoce y llora por el sufrimiento, el cansancio, la sangre y el hambre de tantas mujeres y hombres que en estas tierras caminan y tratan de transformar su historia.
Desde hace unos años se ha ido desarrollando esta conciencia sobre la Virgen del Socavón, una mujer que enseña y bendice, es más que una pintura, es la historia de nuestra cultura: es un mensaje claro para el nativo, pero también para el mestizo. Nadie queda indiferente ante ella, pues sus gestos, los colores, su manto o las estrellas tienen un sentido, un significado que hablan de la vida, del dolor y la alegría que cada persona experimenta.
Una confianza que va quedando de manifiesto a lo largo de siglos de historia de Oruro, Bolivia y de América.
Los siglos pasaron y la Virgen del Socavón estuvo presente en la toma de conciencia de este pueblo como nación libre, primero en el patriotismo criollo y luego en el nacionalismo independentista. En ellos la Virgen del Socavón aparece unida a los ideales de una nación nueva.
La Virgen del Socavón no deja de ser ese mismo mensaje de cariño y bondad, mostrándonos todo su amor a través de su santuario: una casa que no es más que nuestro corazón, nuestra persona; un amor que es el mismo Dios, en la persona de su Hijo. En otras palabras, la Virgen del Socavón quiere sembrar en nuestro corazón a su hijo Jesucristo. Ella es la portadora de la Buena Noticia, ella es la verdadera evangelizadora, discípula perfecta de Cristo, modelo de la Iglesia y de cualquier cristiano; ella es la que nos enseña a escuchar y a conocer a Cristo. Su dicha es nuestra dicha, su camino es el nuestro; en ella vemos la imagen de lo que estamos llamados a ser, vemos lo que nos falta por caminar, descubrimos la misión que tenemos: mostrar el rostro de Dios a los hombres que han perdido la esperanza, la alegría y la luz.
La “K’achamoza” (mujer linda) como la llama el padrecito Jairo, sigue y seguirá siendo el emblema de Oruro…
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