Loading...
Invitado


Domingo 02 de febrero de 2014

Portada Principal
Cultural El Duende

Desde mi rincón: Aunque escrito para veraneantes (que se supone sólo aceptan lecturas amenas y para pasar el rato, nuestro ya conocido columnista Mira nos ofrece una obra maestra, en la que no sabría decir qué admiro más, si su finísimo humor o su capacidad destructiva de manifestaciones pseudopolíticas y no menos pseudomesiánicas; y por debajo de ellas, eficacísima capacidad destructora de cualquier oferta salvadora basada en malabarismos de circo, eternamente falsos, pero eternamente atractivos. En cualquier parte del planeta. Y por ello mismo debería ser lectura recomendada también aquí, para los ociosos andinos. Lo leí en El Punt Avui de 9 de agosto de 2013. (TAMBOR VARGAS)

Sobre Grillo y los ‘Grillini’

02 feb 2014

Fuente: LA PATRIA

Joan F. Mira

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Si alguien, en nuestro país, tenía la ilusión de hacer de Grillo, o de Grilla, vale más que se lo repiense

un poquillo

Si ustedes, para comenzar, quieren hacerse una idea de la naturaleza de este singular movimiento, conocido como de las 5 Estrellas, que tanto ruido ha hecho y hace en tierras de Italia, podemos comenzar meditando el contenido del Artículo 1 (Naturaleza y sede) de sus estatutos (definidos como “No estatutos”), que dice: “El Movimiento 5 Estrellas es una “No Asociación”. Representa una plataforma y un vehículo de confrontación y de consulta que tiene el origen y encuentra su epicentro en el blog www.beppegrillo.it. La sede del Movimiento 5 Estrellas coincide con la dirección web www.beppegrillo.it. Los contactos con el movimiento tienen lugar exclusivamente a través del correo electrónico en la dirección MoVimento5stelle@beppegrillo.itemail protegit ”. Para reforzar la propiedad perfecta, el artículo 3 especifica que el movimiento va asociado a un símbolo propio, registrado a nombre de Beppe Grillo, “único titular de sus derechos de uso”. Según los estatutos-no estatutos, por tanto, los seguidores o adheridos –los grillini–, así como sus votantes, representantes, regidores, diputados o senadores, son también en cierta manera propiedad del líder único, quien los puede acoger, expulsar, autorizar y desautorizar, fulminar, borrar de la lista, y permitir o negar el acceso a los canales electrónicos que están a su nombre y que son los únicos existentes. De esto se llama democracia moderna, igualitaria y popular, superadora del viejo sistema corrupto de los partidos.

Que una tal fantasía haya tenido tan grande éxito en Italia, sólo se explica, precisamente, porque se trata de Italia, país capaz de crear maravillas sublimes, y también de inventar personajes como Benito Mussolini o Silvio Berlusconi. Sin quien, por cierto –sin el Gran Silvio que ha puesto el histrionismo en el centro de la acción política–, Beppe Grillo no habría pasado nunca de la condición de actor cómico. Buen actor, no hay duda, capaz de seducir a un público inmenso, incluyendo notables filósofos y sociólogos, fascinados por novedades tan grandes como el MoVimiento del cómico, o quién sabe si con la alusión a las 5 estrellas, categoría superior de los hoteles… y de la Italia que afirman desear. Hace apenas un año, en agosto del 2012, el MoVimiento publicaba un ataque virulento a la clase política, bajo un retrato evocador de Mussolini, con el mentón que destaca sobre el fondo de la foto. En él Beppe Grillo definía los senadores y diputados como “larvas bien pagadas” y, curiosamente, acusaba a los parlamentarios de impotencia, ya que sólo podían apretar un botón, sobre el que hay escrito “sí, buana”. I pedía, aprovechando las vacaciones veraniegas: “Cierren el Parlamento, vacíen sus despachos”. Y argumentaba: “Diputados y senadores sólo sirven para cobrar el sueldo y para obedecer las órdenes del partido votando que sí a cualquier chanchada. Hay que tenerlo presente y expulsarlos, aprovechando que pasan un agosto dorado”. Entonces, en efecto, pasó el mes de agosto y pasaron otros meses, hubo elecciones generales, los grillini, por orden del jefe, dejaron de gritar “vaffa’nculo” [‘andá a cagar’] como eslogan supremo y programa, y llenaron disciplinadamente las listas electorales. Con un resultado espectacular: 163 parlamentarios, entre diputados y senadores. Quienes, una vez instalados en los despachos que Grillo quería vaciar, se dedicaron a pasar el rato discutiendo entre ellos sobre el porcentaje del sueldo que aceptaban o no, negándose a dar apoyo al Partido Democrático (y forzándole, por tanto, a pactar un gobierno necesario con Berlusconi, quien así encontró nueva vida cuando estaba a punto de pasar al estado de cadáver político). Los parlamentarios del M5S, renunciando (por orden del jefe único supremo) a toda actividad constructiva, se dedican a discutir en asambleas tumultuosas, a lanzarse reproches, a esperar la palabra sagrada del líder (o la expulsión fulminante si la sumisión no es total), y en definitiva a ser tan modernos y tan diferentes de los partidos clásicos, que en pocos meses comienzan ya a desintegrarse. Y entretanto, los representantes de los grillini en la Cámara y en el Senado aseguraban que iban “a cazar los trozos de mierda” del movimiento, que simplemente querrían hablar con la izquierda. Propósito que, con sólida profundidad conceptual y estratégica, confirmaba la presidenta del grupo, asegurando que los que no están de acuerdo, a saber: los que quisieran una actitud más responsable, sólo son, en efecto, un trozo de mierda: “Confirmo, son mierdas. ¡Mi-e-r-d-a-s!”. Lenguaje propio de los grandes proyectos positivos y de los vaffa’nculo que habían ensordecido en las calles y plazas.

Bien. Como deben recordar, pocos meses después del gran triunfo inesperado, el señor Beppe Grillo y sus numerosos grillini de cinco estrellas sufrieron un desastre monumental en las elecciones municipales italianas. Tan monumental como el triunfo que tuvieron muy poco antes en las legislativas: de aquella masa de votos, se volatilizaron rápidamente entre un 50 y un 75%, y por más que el líder máximo y único se empeñara en decir que esto es normal, no es normal en absoluto. El gran cómico político está tan pagado de sí mismo, tan convencido de ser la encarnación de un nuevo país, una nueva cultura y una nueva manera revolucionaria de refundar la política y la gestión de los asuntos públicos, que aceptar una derrota (y menos todavía, las causas y responsabilidades de la derrota) le resulta absolutamente imposible. La culpa del desastre, por tanto (después de decir que no ha habido desastre), la tienen simplemente los ciudadanos que no han votado el movimiento de que es propietario, y que por tanto son totalmente despreciables.

Si ustedes desean completar el panorama, han de saber que el dirigente máximo en la sombra, Gianroberto Casaleggio (organizador del sistema informático, controlador de listas electorales, censor estricto que concede o niega la palabra a los grillini, ideólogo de la democracia-internet y gurú de la red de Grillo, etcétera.), tiene una visión del futuro que, para decirlo suavemente, es poco tranquilizadora. Predice, por ejemplo, que hasta el 2020 explotará una tercera guerra mundial, que los símbolos de Occidente (San Pedro de Roma, Nôtre-Dame de París, y algunos otros) serán totalmente destruidos, que no quedará ni un barril de petróleo, y que la población mundial quedará reducida a sólo 1.000 millones. Finalmente, afirma Casaleggio, el 14 de agosto de 2054 (parece que la fecha procede de la novela de ciencia-ficción Minority Report), se instaurará un nuevo orden mundial, y el gobierno del planeta será elegido por internet. De momento, han intentado comenzar por Italia. Si alguien, en nuestro país, tenía la ilusión de hacer de Grillo, o de Grilla, vale más que se lo repiense un poquillo.

Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos: