Los problemas expresamente internos en los puertos de Arica e Iquique en Chile han ocasionado en muy poco tiempo graves perjuicios a la economía de transportistas, exportadores e importadores bolivianos pero además daño directo a la economía nacional, debido al retraso en el movimiento de una apreciable cantidad de mercadería que no llegó a destino oportunamente o que se dañó por las circunstancias estrictamente laborales de los trabajadores en los dos puertos de Chile.
En uno de los casos inclusive se vulneró el tan mentado Tratado que obliga a Chile facilitar con prioridad todas las operaciones de tránsito de mercadería que salga o que tenga destino en Bolivia. El tal tratado no sirve de nada, cuando en Arica y con cierta frecuencia se presentan problemas que alteran ese proceso de transferencia de carga.
El problema se hace más grave porque otro de los puertos que utiliza Bolivia para el movimiento de carga es el de Iquique donde también sus trabajadores han paralizado actividades con medidas de presión, como un prolongado paro que dejó sin movimiento el andamiaje del sistema de doble abastecimiento de mercancías que pasan por ese puerto.
En las pasadas horas autoridades del gobierno de Chile alcanzaron un acuerdo preliminar con los estibadores después de tres semanas de perjuicios principalmente a transportistas bolivianos, 280 de los cuales permanecían el fin de semana “anclados” en esa zona fronteriza a la espera de una solución.
El problema es de orden estrictamente salarialista y por lo mismo de incumbencia directa de las autoridades laborales del vecino país, pero que lamentablemente han sumado más perjuicios a los ya ocasionados con otro paro anterior en Arica y por las mismas exigencias sociales de los estibadores.
En el caso de Arica se ha hecho una representación oficial de la cancillería boliviana al gobierno de Chile, aunque por lo menos hasta el presente no se sabe de ninguna respuesta oficial al planteamiento de un resarcimiento de daños a transportistas y empresas bolivianas perjudicadas.
Autoridades de la Zona Franca de Iquique (Zofri), estiman las pérdidas en unos 15 millones de dólares por día de paro en su puerto, lo que suma más de 250 millones de dólares en los días que no se ha trabajado, por lo que buscaban afanosamente una solución con las empresas privadas que administran los puertos chilenos, no sólo los ya mencionados sino también los de Valparaíso, Talcahuano, Antofagasta y otros.
El asunto merece una pronta solución de modo que no se agrave la situación de los transportistas bolivianos, los que además tendrán que ser compensados de manera práctica y material por las pérdidas que confrontan por un problema que en materia portuaria no debía suceder, según explicaron funcionarios del Zofri, entendiendo que cualquier paralización de labores de los estibadores es un grave daño principalmente en su economía nacional.
En nuestro país, dadas las frecuentes interrupciones de servicios en puertos chilenos, los empresarios nacionales y del sector transporte plantean al Gobierno la urgencia de gestionar la apertura de otros puertos para importar y exportar, haciendo mención especial en el caso de la oferta abierta que existe del Perú, incluyendo Puerto Ilo y para cuyo uso en condición de cesión por casi un siglo a favor de Bolivia sólo falta una ratificación del protocolo por parte de la legislatura peruana. El tema sin embargo tiene marcadas aristas que deben ser limadas y cuanto antes mejor.
Fuente: LA PATRIA
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