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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 El trauma de los viajes - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
Los viajes interdepartamentales, siendo los más frecuentes a La Paz y Cochabamba son un verdadero trauma para las personas que por diferentes razones deben trasladarse a otras regiones del país.
A estas personas se las denomina “pasajeros”, pero al parecer eso de “pasajero” motiva a muchas empresas de transporte a no cuidar la calidad de su atención, pues el “pasajero” tras el mal momento vivido desde el instante de la compra de los pasajes y luego de la penuria del viaje, se olvidará de todo y no dirá nada, porque sólo está de paso. Pero, si reclama casi nunca sus demandas serán escuchadas o finalmente habrá que cansarlo con la burocracia e indiferencia.
Realmente se trata de una dictadura del transporte. Cuando un viajero llega a la Terminal de Buses, más si es para un viaje madrugador, es atendido por personas, sea varón o mujer, a veces que ni siquiera se peinaron y menos se lavaron la cara y así permanecen hasta la hora de retirarse del trabajo. Diríamos que la “pinta es lo de menos”, pero… se trata de la venta de servicios y dejando de lado la apariencia física, el trato no es para nada agradable. A veces el chicle que llevan en la boca, merece mayor atención que el pasajero que compra el boleto.
Hasta convencer al potencial pasajero, ofrecen “bus cama”, video y otras comodidades que hacen soñar con un placentero viaje, pero cuando se ingresa al bus, lo primero que se siente es la pestilencia en el vehículo, del cual con suerte se pueden abrir algunas ventanas, las demás están herméticamente cerradas, en muchos casos hasta le pusieron una mano de soldadura. Ahora que Oruro se ve afectada por la presencia de moscas, incluso estos insectos revolotean y hasta viajan al interior del bus.
El viajero que ya vivió esa parte del trauma, ubica su asiento, acomoda su equipaje de mano, y en la intención de tener algo de comodidad quiere reclinar la butaca, pero se sorprende con un resorte en mal estado de manera que se reclina con exageración, o eso ¿será el “bus cama”?. El otro extremo es que el asiento no tiene resortes o están atascados y el usuario debe mantenerse sentado con absoluta rigidez durante todo el viaje.
Las fundas que cubren los cabezales, están brillando de mugre y el tapiz de muchos asientos está roto, cortado o sucio con alimentos u otras sustancias pegados en la superficie para sentarse. En la parte posterior baja de los asientos, en algunos casos hay pisaderas, en otros también está la especie de almohadón para acomodar los pies, pero en otros no hay nada de eso y la incomodidad es mayor.
Cuando se reclama por estos u otros detalles, dependiendo de la conveniencia de los que están al mando de los motorizados hay respuestas ingeniosas, pero las más son atrevidas y prepotentes. Si se les pide la devolución del importe pagado dicen “no hay devolución”, y si ya el viaje ha comenzado, peor si ya se está en carretera, la invitación es directa para dejar el vehículo.
Si por desgracia las malas condiciones técnicas del bus derivan en un desperfecto mayor, peor para los viajeros, a su suerte deben abandonar el motorizado e ingeniárselas para continuar el viaje. Si se pide la devolución del costo del pasaje, chofer y ayudante solo atinan a decir: “eso en la oficina”, lugar al que muchas veces ya no se puede llegar porque el percance ya provocó un desfase en la agenda del viajero o finalmente allí en la oficina, la burocracia y prepotencia asustan.
Otro factor molestoso de estos viajes es que los choferes y ayudantes en complicidad absoluta y burlando todo control; una vez que dejan las terminales, permiten el acceso de pasajeros que viajan en los pasillos y hasta en los buzones destinados a carga o para trasladar las maletas y encomiendas, las que según denuncia de los usuarios, a veces aparecieron abiertas y algunos objetos o prendas les fueron robados. En este caso su reclamo casi nunca encuentra una respuesta favorable y menos recupera lo perdido.
Se conocen casos en los que incluso los pasajeros que ingresaron al bus sin ningún registro y se bajaron en alguna población intermedia, no eran otra cosa que ladrones descuidistas.
Cuando llega el momento de ver el video, el público cautivo en el interior del bus sufre otra agresión, pues por lo general deben someterse a la preferencia impuesta por los que tienen el mando del viaje, sean ayudantes o choferes. El común de las películas muestra imágenes donde los disparos y golpes por doquier, casi salen por las pantallas, se ven robos, asaltos, y hasta groserías. Lo peor si uno quiere evadir la agresión e intenta dormir, no puede, porque el audio, en algunos casos a pedido de otros pasajeros, es fuerte. Una vez terminado el trauma visual comienza el auditivo, pues todo el bus se impregna de la música estridente que le gusta al chofer.
Oruro, está a punto de mostrar una vez más al mundo su Carnaval, reconocido como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, y los buses serán el principal medio de transporte de visitantes. Falta algo más de un mes para esta presentación, ojalá por iniciativa propia o por imposición de la autoridad correspondiente, las empresas de transporte mejoren sus servicios o por competencia imiten a las pocas que ofrecen buena calidad, pero que lamentablemente son los menos.
(*) Periodista
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