La CPE del Estado Plurinacional, en alguna medida modificó la manera de concebir las relaciones entre Concejo y Ejecutivo Municipal, el sistema parlamentarista, característica principal de la anterior representación política, se dejó atrás para ingresar al sistema presidencialista; la suerte del Alcalde ya no es decidida por cinco u once Concejales mediante el “Voto Constructivo de Censura” que se sustentaba en la “pérdida de confianza al Ejecutivo” por el Concejo Municipal, ahí radica que la mayoría de los Alcaldes continúen en las conducciones de sus municipios.
En toda regla siempre hay excepciones, es el caso del Gobierno Municipal de Huachacalla, que en la implementación de su derecho propio, el Alcalde dejó a media gestión constitucional a su sucesor que territorialmente corresponde, ahí la muestra del cumplimiento de la palabra empeñada y de respeto al derecho propio.
En el caso de los Alcaldes destituidos de Machacamarca y Chipaya, ambos fueron tutelados por el Tribunal Constitucional en Amparo Constitucional que parcialmente son cumplidos por las Autoridades Municipales o del Estado Boliviano.
El 97% de los municipios del Departamento de Oruro, es gobernado por el MAS, donde en alguna medida se cree que debe existir “coherencia política”, e imponer la coordinación gubernamental como principal eje del desarrollo de la democracia municipal, sin embargo la coordinación desaparece cuando los intereses particulares y de grupo no dejan de aflorar en ambos órganos autonómicos.
Desde la periferia (municipios rurales) casi siempre se tiene como referencia al centro (municipio capital). Capital que ha dejado de ser referente institucional del Departamento que a lo largo de 3 años de gestión constitucional no ha podido superar los males que le aquejan en el corto tiempo y que de hecho constituyen una herencia que será difícil recuperar: el principio de autoridad, que se expresa por ejemplo en los permanentes descréditos que tienen las “autoridades municipales”; la burocracia administrativa que en algunos casos se expresan en trámites administrativos que no pasan si de por medio no existe la “coima”, o el vuélvase a las cinco con 50; lo que puede ser interpretado volverse a hrs. 05:50 ó volver a las 05:00 con Bs. 50, convertir al centro de la ciudad en centro de batalla cotidiana de reivindicaciones sociales.
Una muestra más del retraso institucional es la ausencia del debate sobre la Carta Orgánica de la ciudad, que el Concejo Municipal inicialmente encargó a una consultora, sin mucho éxito, no es posible construir consensos para tal compleja tarea si de por medio no existe voluntad política de mejorar nuestra ciudad, expresada ella en la ausencia de otro lado de fiscalización de obras.
A estas alturas del tiempo uno se cansa de ver a su ciudad los 365 días del año con aceras y cordones destruidos, con calles asfaltadas temporalmente o calles asfaltadas con tierra encima de ella.
Estamos a pocos días del Carnaval de Oruro, nuestra ciudad esperará este momento con sus calles destruidas y aún parecidas a pequeños lagos en tiempo de lluvias, que probablemente para el agrónomo que dirige el área de desarrollo territorial, desea que en estos lagos se críen alevinos y que es esta la razón de no planificar el mejoramiento de nuestra ciudad.
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