La celeste y blanco

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Negra y blanca era la bandera de mi niñez, en algunos desfiles, en la victoria deportiva, era negra y blanca la bandera que enarbolábamos, la tricolor boliviana todavía me era ajena, esa bandera negriblanca, la que en la derrota debíamos llevarla arriba a pesar del dolor, sin arriarla, en la victoria ondeaba como ondean nuestras alegrías, nuestros vítores, esa bandera representaba mi escuela, la escuela Murguía.

Después vino la celeste y blanca, ella estaba en los enfrentamientos con otros colegios, de los colores no se preguntaba, se pregonaba sus sentidos, que fueran más celeste, más bajito o aquella que trae determinada tela, debía ser celeste y blanco, habían un poco más azules, otro tanto que parecían grises, pero dicen que por definición el celeste es un tono del azul, no importaba era nuestra bandera.

Celeste y blanco también es la bandera de guerra que llevamos los del Colegio Bolívar de Oruro. Celeste y blanco es la bandera de Oruro que hasta no hace muy poco flameaba como símbolo de esta Patria Chica. Es la celeste y blanco que los cochabambinos nos disputaban hace no pocos años. La celeste y blanco que se puede ver en una mina abandonada del cerro Pie de Gallo, y era celeste y blanco los colores de las banderas de los universitarios orureños en las lides deportivas y ésta también identificaba Oruro.No es casual al parecer que en la bandera celeste y blanca sean vistos como colores que rompieron con el orden colonial, la bandera roja de Oruro ha sido habilitada en los últimos años y es una bandera colonial.

Oruro participó activamente de las luchas independentistas, en noviembre de 1810 se adhiere a la Junta de Buenos Aires, meses antes, el 6 de octubre de 1810, los orureños reconocen la Junta de Buenos Aires.

Los orureños no solamente participaron adhiriéndose, al parecer participaron activamente de los congresos constituyentes de la Argentina, al punto que un diputado por Oruro en el segundo congreso constituyente, 1816, sugiriera que la bandera tome los colores azul y banco.

Belgrano rompe con los símbolos anteriores, en febrero 27 de 1812, enarbola la bandera celeste blanco y rompe con el pasado, le intiman ocultar la bandera celeste y blanca y le mandan otra, decide que de aquella amarilla y roja, la bandera que reconocía a España y que con esta España reconocía como súbditos a los que la enarbolaran, quedara rota y sepultada para siempre. La Bandera argentina había nacido, primero como una bandera continental, después de las derrotas argentinas en lo que hoy es Bolivia la celeste y blanco se queda en Argentina. Si el bando criollo tenía tocado de vicuña en Potosí, estos en Buenos Aires tenían la celeste y blanco, la escarapela puesta en el pecho de los patriotas para reconocerlos en el campo de batalla, montó en el potro del viento convertida en bandera de cielo y pureza.

Esta bandera celeste y blanco, fue sobre la que juramentaron los derrotados de Salta y Tucumán, allí donde ganaron los patriotas. Los perdidosos juraron que no tomarían armas en contra de la celeste y blanco, los soldados realistas juramentados no ingresaron a Oruro, se quedaron en Sepulturas, no quebraron su juramento volviendo a las tropas españolas y quizá muchos marcharon a las guerrillas.

Durante la guerra de la independencia, la plaza de Oruro ha sido plaza de los realistas. Y en ella de seguro los colores amarillo rojo y el rojo carmesí de Oruro serían los que flameaban. En contrario a estas, las banderas blancas, las rojas y las negras de seguro eran los que enarbolaban los guerrilleros.

Al contrario de los piratas, un general patriota enseñaba que cuando ondeara la bandera blanca ésta era de paz, que si era roja significaba guerra total y aquel que lo viese debiera tomar partido, si el partido tomado llevaba el pendón de España, entonces no habría más remedio que la negra flamease y con ella a degüello sin esperar razón para el perdón. Es la bandera negra de la muerte que se agita en la novela Juan de la Rosa de Nataniel Aguirre cuando están en la Coronilla, o cuando asaltan el cabildo de Cochabamba.

Las noticias hablan de confrontación por el color de la bandera entre Oruro y Cochabamba, no ya por la celeste y blanca, sino por la roja. Alejo Calatayud enarboló bandera roja, pero ella puede que tenga la figura de guerra, cambiada para la batalla por la bandera negra como habla Juan de la Rosa, en cambio la roja de Oruro es aquella que nos reconoce España cómo súbditos.

No ha más de unos dos decenios o menos que los orureños olvidamos la celeste y blanco, con ella también algunos aspectos que varios patricios orureños dictaron al tomar la bandera celeste y blanca como orureña. La celeste y blanco, leí de algunos escribidores y escuché de autoridades, que se ha relegado como bandera para los aspectos deportivos, para fines oficiales, la bandera es roja.

Si en mi niñez la negra y blanca ha sido la que estaba izada en el mástil de la conciencia, la celeste y blanca se fundía con los despertares de las luchas juveniles y con ella aprendimos que la tricolor, la bandera izada en el faro de Conchupata, es la que prima en la defensa de la patria. Banderas negras, rojas, celestes y blancas, banderas libertarias que al redoble del tambor, al llamado del clarín vuelven en susurros, nos trae el viento, aliento para defender la patria.

PD. La bandera negra, es parte también del movimiento obrero boliviano, anarquista primero, después fusionada con el rojo del sindicato. Las maestranzas más viejas llevan estos colores en sus camisetas y su bandera.