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Domingo 19 de enero de 2014

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Cultural El Duende

Desde mi rincón

Carme Junyent: ‘Que se acabe esta comedia de desdoblar en masculino y femenino’

19 ene 2014

Bel Zaballa

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Cuando uno ya hace bastantes años, en enero de 1998, publicó el artículo “Lenguaje: sexo y género”, y ahora se encuentra con una lingüista (nótese que he escrito ‘una’) que milita en las mismas obviedades del sentido común que uno, sin tener nada de lingüista, no puede menos que quedar reconciliado con la capacidad propia en exclusiva de nuestra especie de buscar y encontrar la verdad, ese bien que tantas veces tememos y del que incluso huimos; o nos dejamos obnubilar por intereses creados, pseudoverdades o verdades parciales... o autoengaños o sofismas destructores. Me complace, pues, ofrecer la traducción de casi toda la entrevista aparecida en el periódico virtual Vilaweb (31.10.13). La entrevistada Dra. Junyent Figueras, profesora en la Universidad de Barcelona, acaba de publicar el libro Visibilitzar o marcar. Repensar el gènere de la llengua catalana; Barcelona, Empúries, 2013) con los trabajos de un simposio que había coordinado y dirigido. Sobre la capacidad de las ‘revoluciones’ de cambiar el lenguaje, no me resisto a recordar las fantasías de Marr y Stalin en la dictadura soviética. Como bien dice la autora, sólo se refiere a la aberrante vertiente gramatical de la reivindicación feminista; en cuanto al fondo no gramatical del problema (¿el papel de la mujer) en la sociedad?), es otra cuestión, todavía más cargada de dogmas (por tanto, de más escaso sentido común); en lugar de mandar cambiar a los ‘hombres’, acaso fuera mejor invitar a todos a cambiar todo lo que el invocado ‘sentido común’ mostrara que conviene cambiar.

TAMBOR VARGAS

Segunda y última parte

Bel Zaballa (B.Z.) – ¿Cómo lo hacemos, pues, para visibilizar a las mujeres en el lenguaje? ¿O cree que no hace falta? 

Carme Junyent (C.J.) –La mujer debe estar. Y si está, ya la veremos todos. Es esto lo que hay que cambiar de la sociedad. Y la lengua ya seguirá al cambio, si es que cambio ha de haber. 

(B.Z.) – En el libro también aparece más de una vez la reflexión de que cambiando el lenguaje se puede cambiar la realidad… 

(C.J.) – ¡Si esto fuese posible!

(B.Z.) – ¿Puede influir?

(C.J.) – Todas las lenguas cambian siempre, continuamente, pero de manera que las generaciones se puedan comunicar. Esto ya impone unas restricciones. La lengua puede reflejar mucho el mundo y la sociedad en que se habla. Si este mundo o esta sociedad cambian, la lengua se va adaptando, porque es un sistema muy flexible y se puede adaptar a cualquier situación. Pero que alguien me diga un caso en que cambiando la lengua se haya cambiado la sociedad. No conozco ninguno.

(B.Z.) – Uno de los contextos en que se usa más el desdoblamiento es en las escuelas, y por esto ahora quiere dar charlas en las universidades donde forman a los maestros.

(C.J.) – No sé si lo lograremos, pero por lo menos haremos que les llegue la información. Esto ha hecho daño en el mundo de la enseñanza. Algunos maestros ya explican que cuando dicen ‘Los niños que hayan acabado las tareas ya pueden ir al patio’, las niñas que las han acabado no se levantan porque no se sienten aludidas. 

(B.Z.) – ¿Y cómo les convencería a estos maestros?

(C.J.) – Para empezar, trato de hacerles ver que este planteamiento es absolutamente eurocéntrico. En las lenguas románicas esto sólo se ha hecho en catalán, castellano y ahora veo que también caen en ello los del gallego. Ni portugués, ni italiano, ni francés, ni rumano, ni ninguna otra lengua. Esto solo ya basta para examinarlo. Pero sobre todo hay que entender que la lengua funciona así, que no tiene sentido que nosotros la queramos controlar.

(B.Z.) – Fuera de los desdoblamientos, hay gente y colectivos que dan otro paso más y emplean el plural femenino como genérico, porque dicen que quieren evitar un lenguaje androcéntrico. ¿Qué opina de ello?

(C.J.) – Es no entender cómo funciona el lenguaje. Pero mira, un ejemplo que encontré este fin de semana preparando las charlas: David Fernández, en aquella intervención impactante en el parlamento con los directivos de Caixa Penedès, dijo ‘diputados imputados’. Sabía que si hubiese dicho ‘diputados y diputadas’ o ‘diputadas’ directamente, habría perdido la contundencia que podía tener. Lo sabe porque lo emplea. Era consciente que si en aquel momento hubiese desdoblado y hubiese hecho el numerito del femenino, no habría dicho lo mismo ni le habrían tomado en serio. Este juego con la lengua lleva a acabar ridiculizando a las mujeres. Me sabe mal que, en general, sea la izquierda la que se haya apuntado a esta bobada. 

(B.Z.) – De nuevo, aquí la intención es buena 

(C.J.) – Ya sé que lo hacen con buena intención. Tengo muchos ex-alumnos que son de la CUP, y cada vez que me encuentro alguno se lo digo. Y todos me dicen que están de acuerdo conmigo, ¡pero que no lo logran! No convencen al resto, pero creo que deberían reflexionar en ello. No hacen ningún favor a las mujeres, y seguramente entorpecen la llegada del mensaje. 

(B.Z.) – Entonces, ¿hacia dónde deberíamos ir? ¿Volvemos atrás y abandonamos los desdoblamientos? ¿Buscamos un equilibrio?

(C.J.) – Mi opinión, que ni siquiera está en el documento de conclusiones, es dejar las cosas como estaban, porque todos ya nos vamos adaptando a los cambios.

(B.Z.) – ¿Se trata, entonces, de utilizar el sentido común?

(C.J.) – Es sencillamente sentido común, y punto. Si funcionara, ya no necesitaríamos nada más. Y que no argumenten que esto va a favor de las mujeres, por favor: que nos dejen tranquilas. Lo necesario es que hagan otras cosas. No hace falta que las digan, nos basta con que las hagan. 

Fin

Para tus amigos: