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Domingo 19 de enero de 2014

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Cultural El Duende

Poema del soldado ciego

19 ene 2014

Fuente: LA PATRIA

Escrito en 1951 por el cochabambino Antonio Terán Cavero (Premio Nacional de Poesía 2003)

Cabellera perfecta de los primeros sueños

está sola tu choza

junto al alma

¿Recuerdas tu alegría

tu corazón acuático,

cuando el cielo nació dentro la sangre?...

Alas para la voz,

vuelo para los cuerpos, silencioso,

más allá de la noche…

Después… vino el espanto

de conocerte muda;

de saberte adherida, sin remedio,

a dos pasos de la niebla.

Y mi garganta seca en paredes de vértigo.

Y palabras de piedra sin futuro,

las miradas con sable,

las pisadas muriendo

sobre un aire ya muerto

en una madrugada de uniformes.

Sin embargo;

este instante sin tiempo,

esta luna resucitada

a tres kilómetros de mi corazón

tiene olor de paloma.

El pecho está goteando

interminables esperanzas

en la tierra.

Desde una calle de colores vivos,

donde comienza el infinito de tu nombre,

me esperas;

con tu corona de miedos olvidados,

con tu mirada más larga,

con tus trenzas al borde de los ecos…

Yo llegaré algún día

para decirte: “Aquí estoy;

he quemado mis manos

en la sangre de todos los caminos;

he bebido la tierra, sin descanso,

y mi pulso es la sal

de cada día.

Tú me quisiste árbol,

lluvia,

surco en la bruma.

Aquí estoy. Yo soy el mar

que rompe este silencio”.

¡Oh! Entonces:

se prenderá a los labios

una canción de cuna;

y, el color de mis ojos

será la proyección infinita de tu nombre…

En la calle de los colores vivos, donde concluye la muerte…

y donde tú me esperas…

Archivo de la Asociación de Mutilados e Inválidos de la Guerra

Fuente: LA PATRIA
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