Warning: inet_pton(): Unrecognized address in /home/lapatri2/public_html/wp-content/plugins/wordfence/vendor/wordfence/wf-waf/src/lib/utils.php on line 28
Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 Papa Francisco defiende la vida y la familia - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
El 13 de enero de 2014 el Papa Francisco, como autoridad suprema del minúsculo Estado de la Santa Sede, pronunció el tradicional discurso a los embajadores y representantes de distintos países cuyo número ha aumentado en los últimos meses. Gran parte del discurso subraya la importancia de la paz y más específicamente el valor de la vida humana y de la familia frente a las graves amenazas que se ciernen sobre la humanidad.
El Papa lamenta las imágenes de destrucción y de muerte que se han visto en el año apenas terminado. Cuántas personas viven encerradas en sí mismas acumulándose en ellas la envidia, el egoísmo, la rivalidad y la sed de poder y de dinero. Como contraste - dice el Papa - “la Navidad infunde en nosotros, cristianos, la certeza de que la última y definitiva palabra pertenece al Príncipe de la Paz, que cambia las espadas en arados y las lanzas en podaderas (cf. Is 2,4) y transforma el egoísmo en un don de sí mismo y la venganza en perdón”.
El Papa eleva una plegaria al Dios de la Paz para que cese el conflicto en Siria, que está golpeando duramente también a la población civil inerme, sobre todo a los niños. Recuerda cómo en el mes de septiembre muchas personas respondieron a su llamado a celebrar una jornada de ayuno y oración, Dios escuchó este clamor y evitó la anunciada inminente invasión de Estados Unidos que habría provocado una escalada bélica internacional. El Papa confía en que la próxima Conferencia ”Ginebra 2” el 22 de enero sea el punto de partida hacia la deseada pacificación. También alaba la generosidad con la que el Líbano y Jordania han acogido a numerosos prófugos sirios.
Pero, sin embargo, la verdadera paz no se limita al cese de las guerras, sino que incluye la eliminación de cualquier negación de la dignidad humana. Aquí el Papa enumera con dolor algunas de las terribles amenazas contra la vida humana: “Suscita horror sólo el pensar en los niños que no podrán ver nunca la luz, víctimas del aborto, o en los que son utilizados como soldados, violentados o asesinados en los conflictos armados, o hechos objeto de mercadeo en esa tremenda forma de esclavitud moderna que es la trata de seres humanos, y que es un delito contra la humanidad”.
Específicamente se refiere también a quienes no pueden alimentarse de modo suficiente. Nadie puede quedar indiferente ante los rostros de los que sufren hambre, sobre todo los niños, contrastando con la cantidad de alimento que se desperdicia cada día en muchas partes del mundo, promoviendo la “cultura del descarte”. Por desgracia se descartan no sólo alimentos no vendidos o bienes sobrantes, sino que también con frecuencia se bota a la basura a muchos seres humanos como si fueran cosas no necesarias.
Francisco también se refiere a los ancianos y a los jóvenes a quienes se les considera un estorbo, aunque son la esperanza de la humanidad. Los ancianos aportan la sabiduría de la experiencia y mantienen viva la memoria de un pueblo. Hay que ayudar a los jóvenes que son los que nos abren al futuro, evitando que nos encerremos en nosotros mismos. Es preciso ayudarles a encontrar trabajo, a fundar un hogar y a tener perspectivas para el futuro para que no queden desesperanzados. Se debe favorecer una cultura del encuentro, “porque sólo quien es capaz de ir hacia los otros puede dar fruto, crear vínculos de comunión, irradiar alegría, edificar la paz”.
Por desgracia, esto no sucede con frecuencia, porque está aumentando el número de las familias divididas y desgarradas, no sólo por la frágil conciencia de pertenencia que caracteriza al mundo actual, sino también por las difíciles condiciones en las que muchas de ellas se ven obligadas a vivir, hasta el punto de faltarles los mismos medios de subsistencia. Por tanto se necesitan, políticas adecuadas que sostengan, favorezcan y consoliden la familia.
Concluye el Papa insistiendo en la fraternidad, fundamento y camino para la paz, que se empieza a aprender en el seno de las familias, llamadas a vivir en el amor y a educar a los niños y jóvenes en el espíritu de servicio y participación para construir la paz. La Sagrada Familia en Belén es el modelo de una comunidad abierta, donde acuden los pastores y los sabios magos, pobres y ricos, cercanos y lejanos. Aquí el Papa Francisco repite las palabras de su predecesor Benedicto XVI, quien subrayaba cómo “la gramática familiar es una gramática de paz”.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.