Sábado 18 de enero de 2014

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En estos tiempos de cambio, algo está cambiando, en las páginas de los diarios cuando menos. La crónica roja, o amarilla como la denominan algunos, ocupa cada vez más espacio. Y en muchos casos, no es ya necesario recurrir a los "Cuentos Macabros" de Edgar Allan Poe para que al lector desprevenido se le pongan los pelos de punta. Con menor riqueza literaria, por supuesto.
La prensa boliviana no tiene todavía, por suerte, una "cultura periodística" para tratar ese tipo de información. Tal vez por eso, bajo el rubro genérico de temas de seguridad comparten espacio el delito absurdo, el drama y la corrupción que proyectan una realidad ciudadana cada vez más preocupante.
Veamos. La noticia del insólito corte de energía que dejó sin luz a los más de 700 reclusos del penal de San Sebastián, en Cochabamba, porque no se sabe quién no pagó la factura del servicio de electricidad desde hace más de siete meses comparte espacio con el hallazgo del cuerpo descuartizado de una persona en una de las zonas más populosas de El Alto. Y con un pedido fiscal de pena máxima para cuatro policías por el asesinato, en oficinas de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen, de una persona investigada por un asalto. Y con la noticia de un fiscal apresado "con las manos en la masa" o el dinero de una extorsión en el bolsillo mientras otros fiscales investigan el caso de una persona detenida que se suicidó con cordones de calzado que le sirvieron también (los cordones, claro) para atarse las manos para evitar que él mismo evite suicidarse.