El pueblo boliviano vivirá una jornada importante a fines de este año, porque con su voto decidirá el futuro nacional, eligiendo al nuevo Presidente de la República.
Por tanto, la responsabilidad es mayor desde el momento en que se debe pensar la necesidad de mantener y fortalecer la democracia como único sendero por donde siempre debemos caminar.
La carrera presidencial, día que pasa, se hace perceptible al existir varios candidatos aspirantes a ocupar la silla principal del Palacio de Gobierno. Todos quienes anhelan ser Primer Mandatario, ofrecen conducir la nave del Estado en base a programas que en el fondo, llegado el momento, sólo son sofismas que dejan al ciudadano desconsolado en medio de una ruta sombría, triste y melancólica.
El Movimiento al Socialismo, aprovecha muy bien la presente coyuntura al tener el sartén por el mango, controlando y manejando todos los Poderes del Estado, los cuales acatan dócilmente instructivas de quien ahora es Presidente y candidato. Por eso no es de extrañar cómo el Tribunal Supremo Electoral atenta contra la prensa nacional, no permitiendo dar cobertura a la opinión del soberano y los propios postulantes a decir su verdad en el marco plural democrático.
Para este cuerpo encargado de llevar adelante los comicios de octubre, todo está prohibido si se trata de la oposición pero no para el MAS, que aprovechando los recursos económicos y medios de comunicación del Estado, que tiene en sus manos, realiza abierta campaña para que don Evo Morales siga de Presidente, no importa que su presumible reelección sea una violación a lo instituido en la Carta Magna.
Los otros candidatos le siguen el juego al líder cocalero en su deseo de perpetuarse en el gobierno, porque hacen oídos sordos al clamor popular, para que haya unión en defensa de los altos intereses de la Patria, y no siga siendo llevada al abismo de un socialismo totalitario exclusivo.
Por tanto, es preciso aglutinar esfuerzos para presentar un frente que tenga un verdadero programa de gobierno que signifique el desarrollo integral y total de Bolivia.
Gente intelectual, políticos identificados con la causa nacional, y pobladores, deben mostrar desprendimiento en sus actitudes, haciendo que el desarrollo de nuestra nación sea fruto del esfuerzo común de todos, donde cada hombre, mujer, niño o niña, caminen por las calles sin miedo a ser sojuzgado, perseguido, maltratado, discriminado y silenciado por quienes, en la actualidad, creen tener la potestad del sometimiento al estar gobernando el país.
Los meses que todavía quedan para emitir el voto, deben servir para reflexionar en todo sentido, buscando hallar la senda que nos permita contar con un nuevo Presidente que trabaje junto a su pueblo, garantizándole la libertad y convivencia plena enarbolando siempre nuestra sagrada tricolor.
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