Sábado 11 de enero de 2014

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No encontré en los documentos oficiales del Movimiento al Socialismo (MAS) antes del 2005 la propuesta que ahora se aplica en el ejercicio del poder: cogobierno con las Fuerzas Armadas y debilitamiento de las organizaciones de la sociedad civil.
Posiblemente no estuve atenta a algún viraje ideológico que permitió al MAS recomponer su línea del 2002 y gobernar atendiendo con preferencia los requerimientos de los militares, incluso con cargos diplomáticos como en las épocas de la Doctrina de Seguridad Nacional y a pesar de la cantidad de muertes violentas en los cuarteles.
En cambio, hace una década, cuando el MAS tenía diputados y alcaldes pero era todavía un partido en el llano, la relación privilegiada era con todo tipo de organizaciones no gubernamentales, nombre genérico para las instituciones que no son públicas.
Por ejemplo, Amnistía Internacional es una ONG dedicada a denunciar mundialmente la violación de los Derechos Humanos. Funciona con una representación en Bolivia y su par nacional es otra entidad de la sociedad civil que desde hace años recibe apoyo de la cooperación internacional y de ONGs europeas. La Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia era continuamente convocada por los cocaleros; en la actualidad se la acusa de varias intromisiones y se crearon organizaciones paraestatales o fraudulentas para debilitarla.