Lunes 06 de enero de 2014
ver hoy
Un examen de conciencia libre y relajado, en la confianza de que no estamos solos significa aprovechar el día, nuestro día. Significa también reorientar nuestra vida dirigiéndonos a Dios, que es quien nos apoya y nos conduce en nuestras sombras trayendo luz en la oscuridad y ayudándonos a llegar al arrepentimiento de nuestros errores y posteriormente a pedir perdón y a perdonar.
Los que se creen grandes en este mundo dirán: Esto no es para mí, yo me siento seguro con mis bienes, con mi dinero, y me aferro a la bolsa para conseguir aún más. Pero estos que se creen grandes son quienes más se quejan puesto que no encuentran seguridad en este mundo. De ahí la llamada de Jesús, ¡seguidme!, pues seguir a Cristo es seguir el camino de la seguridad, es el camino a Dios, nuestro Padre al que nos podemos aferrar porque nunca nos abandona.
No importa si muchos creen que Dios nos ha abandonado, El vive en nosotros, El está más cerca de nosotros que nuestros brazos y piernas. De esta forma los ricos y poderosos de este mundo se dirán: ¿de dónde saca aquella persona humilde y sencilla la seguridad y la estabilidad? ¿Por qué no se lamenta, por qué no se queja?