El acelerado cambio situacional que sufren las sociedades y los problemas sociales que se manifiestan con intensidad en nuestro departamento y en el país, es el reflejo del desarrollo económico desequilibrado, las formas de producción irracionales, la implementación de políticas sociales y culturales alienantes, causaron incertidumbres de crisis en valores en la sociedad globalizada, proceso de consolidación de una situación estructural neoliberal, bases claves para comprender los cambios que ocurren a nivel económico, social, político y cultural, cuya acción consiste en lograr una penetración de complejidades globales de nuestro sistema de vida.
Los valores son razones y afectos de la propia vida humana: establecen relaciones con el medio ambiente natural y social en que ellos se desenvuelven, se ponen en contacto en el horizonte con objetos materiales e ideales, mantienen necesidades materiales y espirituales que en el proceso lo concretan para satisfacerse de manera razonable para vivir bien. Además los valores se forman en el proceso de socialización bajo la influencia de diversos factores: cualidades externas e internas al sujeto, necesidades y posibilidades de satisfacerlas, regulando su conducta en correspondencia de los contenidos valorativos asumidos en complementariedad y reciprocidad en la sociedad.
La crisis en un momento grave, en el que existen cambios, problemas o mala situación económica, política y social. La crisis en valores debe entenderse como la ausencia de determinadas normas morales y espirituales orientadas a asegurar conductas individuales y/o colectivas en función del bienestar social. Sabemos que cada sociedad define aquello que está bien o está mal para el comportamiento de sus miembros, una forma de asegurar su existencia como pueblo.
De ahí que la crisis en valores se torna en uno de los mayores problemas que aquejan a nuestra sociedad. Ello quiere decir que nuestros mecanismos de orientación de la conducta humana hacia el lado del bien basados en complementariedad y reciprocidad, o en su caso, que agentes externos a nuestra realidad social están influyendo negativamente en la conducta de las personas, como la desocupación o la carencia de fuentes de empleo, la violencia en la familia y en la sociedad, la desintegración de la familia, la delincuencia, el alcoholismo, la drogadicción, la falta de comunicación horizontal, el egoísmo, la discriminación social, niñas y niños abandonados por sus padres o madres, el mal trato a las personas de la tercera edad y la corrupción social.
Uno de los mayores problemas que acongojan a nuestra sociedad es la crisis en valores humanos, pues este fenómeno causó preocupación al Presidente Morales y pide a maestros debatir sobre la pérdida de valores, reflejo de la vigencia estructural neoliberal en nuestro Estado Plurinacional, cuya consecuencia es el surgimiento de la ola de violencia intrafamiliar, agresión del varón hacia la mujer o viceversa, la inseguridad ciudadana, el equivocado rumbo del desarrollo económico provocó sentimientos de impotencia, inhumanizaciones, frustraciones e incluso ira que se transforman en crimen y violencia. La angustia de vivir en situaciones de incertidumbre, sobrevivencia arriesgada para las mayorías y naciones originarias minoritarias, la progresión del racismo y discriminación por razones de color de piel, condiciones económicas y socioculturales, de la lengua o de la religión.
Para recuperar los valores: morales, espirituales, culturales y éticos perdidos en la sociedad, no solamente debatir el tema con los maestros, sino con la participación de todos los sectores sociales, con todos los miembros de la sociedad, que día a día existe el aumento de la tensión y la inestabilidad social, los valores y los derechos no se respetan: gasifican a niños que reclaman sus derechos, destrucción de hogares por la infidelidad, inefectividad en atención a las demandas de la población, marchas de protesta, bloqueos de caminos y calles, peleas con palos y flechas entre los vecinos; este axioma implica una forma de asegurar su existencia como miembros de la sociedad, en defensa de sus intereses de clase o privilegios.
Debemos promover el respeto y fortalecimiento a todos los valores morales y espirituales para una convivencia pacífica y respetuosa con los demás, compromiso social a vivir bien en complementariedad, reciprocidad y armonía con nuestra cosmovisión.
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