Martes 31 de diciembre de 2013
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La libertad es el eje principal de la acción voluntaria, antes incluso que la solidaridad o que la búsqueda de justicia. Una buena acción puede ser eficaz socialmente, puede tener repercusiones positivas para personas marginadas o grupos excluidos, pero nunca será voluntariado social si está motivada total o parcialmente por un objetivo interesado: un sueldo, unos créditos académicos, cumplir con una ley, presión familiar o de un grupo de referencia, incentivos desmesurados, un servicio militar o las prácticas o becas de contenido profesional y repercusiones económicas.
También hay que tener cuidado con la presión que pueden ejercer, con la mejor intención, profesores, padres, terapeutas u otros educadores para que los jóvenes realicen alguna tarea de voluntariado social. La orientación y la educación en la solidaridad para niños y jóvenes no deben conducir a una obligatoriedad de ser voluntarios.
Un servicio de voluntariado es un conjunto de acciones creadas para mejorar la calidad de vida de personas con necesidades diversas. El marginado, el enfermo, la persona sola y abandonada, los protagonistas de toda acción voluntaria y hacia ellos deben tender todos los esfuerzos.