Aunque en esferas superiores del Gobierno se diga lo contrario, lo cierto es que está latente una burocracia de “grueso calibre” por así decirlo en toda la administración pública que desbarata los planes regionales y perjudica de manera muy clara las gestiones encaminadas para establecer un desarrollo sostenible.
El reclamo ha sido voz constante en todos los departamentos y los portavoces han sido justamente las autoridades de gobernaciones y alcaldías que además no pudieron ejecutar sus presupuestos como hubieran deseado, debido a las múltiples trabas propias de un pesado andamiaje en la estructura de las dependencias ministeriales, donde se reciben, revisan y a veces se aprueban con cierta benevolencia los proyectos presentados para beneficio comunitario.
En el caso específicamente departamental, el Gobernador no tuvo otra alternativa que admitir la existencia de una burocracia en las instituciones públicas que impidió una positiva ejecución presupuestaria, dejando en el camino muchas inquietudes y paralizadas demasiadas expectativas.
En materia de trámites se presentaron aquellos que son parte de la demanda ciudadana y que merecen atención de urgencia, especialmente los de agua potable, electrificación y la red de caminos del departamento, además del impulso necesario a programas productivos como la quinua o los camélidos, sin dejar de lado las posibilidades de disponer ciertos recursos para cooperar a los planes de mejoramiento en la ciudad, en labor solidaria con la Municipalidad.
Si se habla del Gobierno Municipal convendremos en que también confronta los mismos problemas, es decir la exigencia desmedida de ciertos requisitos y la demora en la revisión de carpetas de inversión para proyectos, retrasando su ejecución y creando malestar entre sujetos de un mismo organismo local, caso concreto del Gobierno Municipal, con una pugna entre concejales y alcaldesa o en el otro caso, entre gobernador y asambleístas.
Propiamente al cierre de la gestión, en ambas situaciones, el reclamo es el mismo como el perjuicio también, ni Gobernación ni Alcaldía llegaron a una óptima ejecución presupuestaría, pues las mismas aparentemente disminuyeron porcentualmente, porque resulta que desde el nivel superior de Gobierno se incrementaron los recursos económicos por concepto del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y las regalías mineras, dineros que no han podido ser gastados como se hubiera deseado.
Con estos antecedentes, ventilados en los niveles institucionales de cada departamento incluyendo el nuestro, salta a la vista la gravedad de un modelo administrativo que merece cambios importantes para eliminar las trabas y abrir más bien los canales necesarios para facilitar el gasto de los fondos públicos en proyectos que servirán al crecimiento social de toda la comunidad en el área rural como en las ciudades.
Sin lugar a dudas hay recursos económicos, eso es lo positivo lo malo es que se entraban las gestiones para facilitar su utilización en beneficio colectivo, por lo mismo lo que hace falta es cambiar seriamente el modelo de gestión en el nivel superior, para que en el nuevo año las cosas sean diferentes y las autoridades locales alcancen los niveles propuestos en sus programas anuales.
Hay que desburocratizar el aparato estatal para incentivar un gasto público que llegue a la mayoría del pueblo con obras y servicios de primer orden.
Fuente: LA PATRIA
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