La ciudad de Oruro vivió el jueves 10 de octubre una “ola” de robos, dos de los cinco que se registraron, fueron con violencia, maniataron y golpearon a sus víctimas. Utilizaron un arma de fuego para intimidarlos y luego con el uso de un vehículo se dieron a la fuga, con los objetos sustraídos.
El primero de ellos se registró a las 16:30 horas en un domicilio particular del pasaje Toledo, zona Sur de la ciudad, una de las víctimas contó que su mamá se encontraba en la planta baja y comenzó a gritar. Llamó con mucha intensidad a su hijo que estaba en la parte superior, éste al percatarse de los gritos de su progenitora, bajó y fue sorprendido por un sujeto quien le apuntó con un arma de fuego.
“¡No me mires!, ¡no me mires!, ¡agáchese!, o te daré un tiro. Me estaba agachando y me dio un culetazo en la cabeza y me hizo tender al suelo. Me tapó con una cosa mi cara y me dijo que si le miraba, me mataría. Me amarró los brazos y piernas hacia atrás como el cordero, a mi mamá le amarró los brazos, también”, contó.
Indicó que desordenaron todo y vía celular uno de ellos se comunicó con otro a quien le dijo que espere como diez minutos, para sacar todo lo que encontraban en su paso. Antes de irse, los sujetos les advirtieron que si se movían, los matarían a tiros. El segundo caso, sucedió a las 20:35 horas en las calles General Carrasco y 6 de Octubre, fue tipificado como robo agravado con lesiones graves y leves, cuya víctima fue una persona de 68 años. Él estaba tomando un té antes de acostarse, cuando fue sorprendido por varios antisociales, quienes lo golpearon para llevarse las cosas de su casa.
Otro hecho de robo agravado se registró a las 16:30 horas en un domicilio particular de las calles 4 entre 6 de Agosto y Backovic.
Un hombre fue atrapado “in fraganti” la noche del jueves 10 de octubre a las 21:15 horas aproximadamente en el sector de la venta de bolillos (kallapus de madera), próximo al surtidor QV-2. Una de las testigos dijo que volvía a su casa después de hacer compras en el mercado. Al cruzar la calle observó que había dos escaleras junto a una persona de sexo masculino.
Un último caso de ese día se registró después de las 20:00 horas, cuando un menor de edad fue sorprendido en el interior de un depósito compartido de la empresa PIL e IMBA, en las calles Brasil y Bolívar.
La encargada del lugar dijo que fue la última en salir y presintió que algo estaba pasando. Volvió al lugar y observó que la puerta del garaje estaba abierta.
“Vi al joven que estaba hurgando las cosas que estaban en el patio, son cosas de la PIL. Le dijo tú no eres del personal y un amigo de los dueños de la agencia PIL e IMBA y lo agarramos. Evidentemente no sacó nada, pero son varias cosas que tenemos en el patio. Eran cuatro muchachos y los demás se escaparon viéndonos”, explicó.
Fuente: LA PATRIA
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