Sábado 28 de diciembre de 2013
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Termina un nuevo año y ha llegado el momento de hacer las evaluaciones del caso, para iniciar una nueva gestión con mejores bríos, objetivos y evitar cometer los errores que se cometieron.
A medida que el tiempo pasa, las ciudades crecen y por ende la actividad delincuencial también aumenta. Oruro no es la excepción de este fenómeno, ya que como ocurrieron gestiones pasadas, se registraron asesinatos, robos, violaciones, agresiones intrafamiliares, y aunque no lo crean, hace pocas semanas se pusieron de moda los atracos, teniendo como partícipes a bandas internacionales, lo que antes no se veía en nuestro medio.
Todos hablan de seguridad, pero consideramos que la seguridad empieza por uno mismo, al no exponerse muy de frente a los ojos de los antisociales que no escatiman nada para hacer daño a la sociedad.
A estos hechos se trató de poner un fin o por lo menos disminuir el índice delictivo mediante la aplicación del Plan “Chachapuma”. Recordamos que con gritos la sociedad boliviana pedía seguridad a la Policía, lo interesante del caso es que cuando nace un plan de estas características, la misma comunidad comenzó a rechazar esta actividad que según los habitantes perjudica en el desarrollo de sus labores.
Fuente: LA PATRIA