Viernes 27 de diciembre de 2013
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El título de esta nota puede ser repetitivo, pero no hay otra alternativa que seguir la línea de comentarios que surgen entre los protagonistas de la actividad minera, entre los profesionales, expertos, trabajadores y analistas que reconocen la vigencia de una serie de contratiempos que alteran los planes para desarrollar actividades productivas, empezando lógicamente por las tareas de prospección y exploración de nuevos yacimientos en vista de que los actuales, en uso desde hace muchas décadas, están propiamente agotados salvando la excepcional situación de Huanuni y Colquiri, que tienen sus reservas para algunos años más.
Eso no significa garantía para emprendimientos mayores, más allá de los que están en curso de ejecución como el nuevo ingenio de Huanuni y la mejora de sistemas de explotación en Colquiri. En los otros centros dependientes de la Comibol, como señalaba un dirigente laboral, “todavía se araña los socavones para lograr mínimas cantidades de concentrados de muy baja ley, lo que obliga a excesivos esfuerzos para sumar algunos beneficios económicos.
El reducido presupuesto que asigna la Gobernación en el caso departamental a los proyectos de exploración no permite desarrollar proyectos de magnitud, tan sólo se puede hacer medianas investigaciones en los yacimientos mineros para determinar su potencialidad, lo que no garantiza apropiadas inversiones para poner en marcha la explotación de nuestros recursos, abriendo fuentes de empleo y elevando los índices de la producción minera local.
Fuente: LA PATRIA