Los desastres que ocasionan las fuertes precipitaciones pluviales en casi todo el país han obligado a las autoridades de Gobierno a decretar el estado de emergencia nacional para conjurar una situación que afecta a cerca de 25 mil familias, la mayoría que ha perdido sus enseres y sus viviendas.
El Decreto Supremo 0417 que declara emergencia en Bolivia frente al fenómeno de El Niño posibilita la autorización para un desembolso extraordinario de recursos del orden de al menos 180 millones de bolivianos que permitirá mitigar de algún modo la crítica situación de miles de ciudadanos bolivianos.
Preocupó la posición de la Cámara de Diputados que rechazó el pedido planteado como emergencia para que con el instrumento de la Asamblea pueda canalizarse una ayuda inmediata y efectiva para los damnificados de inundaciones y deslizamientos, provocados por las intensas lluvias. El inexperto presidente de la cámara baja argumentó falta del “reglamento de debates” para aprobar una medida que aún tiene importancia vital para facilitar tareas de socorro con hermanos bolivianos. Mientras que parlamentarios oficialistas hablan de aprobar el proyecto de una “ley corta” para disponer la designación de funcionarios en el Poder Judicial.
Las cosas se dan de un modo muy particular, priorizando todavía la acción meramente política y teórica postergando lo que corresponde a una verdadera “gestión” en servicio y beneficio de bolivianos que confrontan serios problemas.
En fin, los hechos que se presentaron dramáticamente obligaron al Ejecutivo disponer de una medida que debería ser de orden extremo, como dictar un Decreto Supremo para establecer el “estado de emergencia nacional”.
Lo que corresponde en adelante es que los recursos autorizados para favorecer a los damnificados de los desastres naturales sean manejados con criterio de amplia solidaridad y de observación crítica de cada situación, pues en este tipo de emergencias no deberán prevalecer condiciones de color político o de situación social. Todos los afectados merecen igual tratamiento de socorro.
Si bien la emergencia beneficiará a cinco distritos considerados los más afectados, el caso de Santa Cruz, La Paz, Chuquisaca, Beni y Cochabamba no hay que olvidar que en los otros cuatro también se confrontan problemas aunque en menor escala, pero no por eso de menor importancia, por lo tanto serán las prefecturas y los municipios que puedan establecer el grado de necesidad de ayuda solidaria en cada jurisdicción.
Aparte de los 180 millones de bolivianos que destinará el Gobierno para ayudar a las familias damnificadas, más de 24 mil, lo que representa un mínimo de 120 mil personas en las zonas afectadas, se esperan las ayudas extranjeras que ya se activan a través de gestiones diplomáticas de varios países que han observado la magnitud de los daños causados por efecto de las torrenciales lluvias que según los pronósticos se extenderán hasta el mes de marzo próximo.
Entre bolivianos la solidaridad siempre fue un factor decisivo para enfrentar casos de extrema necesidad, la presente situación debe encararse con la misma fuerza pero incluyendo a todos los poderes del Estado.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.