LÍMITES: Un conflicto que nunca acaba

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Son varios los conflictos limítrofes con los que tropieza Oruro, pues no sólo se trata de los problemas con los departamentos vecinos como Cochabamba, La Paz y Potosí, sino entre municipios, que están en constante intranquilidad, basta alguna acción para encender la mecha del enfrentamiento.

Y este año no fue la excepción, ya que la falta de solución a estos temas, da lugar a que constantemente existan reclamos de los comunarios que viven en esos sectores.

Tal el caso de Rodeo, del Municipio de Quillacas, que colinda con Coroma de Potosí, que desde hace años están en conflicto limítrofe, siendo el tema de fondo el mapa distorsionado que maneja el IGM, que modificó en 1994, y que pese a los constantes reclamos no existe autoridad que responda a la demanda de Oruro, de reponer el mapa que tenía.

En 2009 el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), emitió una resolución para que los comunarios de ninguna de las dos regiones ingresen a sembrar en el sector de conflicto, lo que fue ratificado el año 2012.

El documento fue incumplido por los potosinos que durante la gestión pasada ingresaron al sector y sembraron quinua, esto provocó enfrentamientos entre los comunarios, pero luego se firmó un acuerdo, que determinó que el 70 por ciento de la cosecha iría para Coroma y el 30 por ciento para Rodeo, pero en un acto violento, los coromeños ingresaron y cosecharon la quinua llevándose todo lo recogido.

Pese a los reclamos de los rodeeños, ninguna autoridad consiguió hacer cumplir el acuerdo y los orureños se quedaron sin nada.

En esta gestión, el 29 de septiembre, época de siembra, nuevamente los coromeños ingresaron al sector, esta vez resguardados por la policía de Potosí, quienes agredieron a los comunarios orureños, y permitieron que se siembre quinua en alrededor de 55 hectáreas.

Esto provocó la reacción de los lugareños que se trasladaron a la ciudad para denunciar el hecho, y una comisión fue a la localidad para verificar lo ocurrido, se tomaron fotos, se obtuvieron datos y los comunarios indicaron que es lo que siempre hacen y eso queda en nada.

Por ello exigieron la presencia de las autoridades nacionales, la ministra de Autonomías, Claudia Peña, la de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo y los representantes del INRA.

El gobernador Santos Tito Veliz convocó a una reunión a las 07:00 horas, pero al no encontrar respuesta en la misma, los comunarios se declararon en vigilia, que luego se convirtió en una huelga de hambre.

El gobernador aseguraba que ellos cumplían con enviar notas a las autoridades nacionales para que den solución al problema, pero no se atendía el requerimiento de los huelguistas, quienes en principio pidieron que sea destrozada la siembra.

Luego de más de una semana de huelga, y varias bajas, cuando ya los ánimos estaban exasperados, además de un rotundo respaldo brindado por los orureños a los de Rodeo en la defensa de los límites, a través de una marcha masiva, que dio 24 horas de plazo para que las autoridades se presenten en Oruro, éstas llegaron a la capital del Pagador, a las 02:00 horas y después de una larga reunión con los comunarios, firmaron un acta en la que se determinó en principio gestionar la devolución en 30 días, de 175 quintales de quinua que en la gestión pasada se llevaron los potosinos a Coroma, asimismo las autoridades se comprometieron a dar con los autores de la toma de las tierras con la siembra.

También se determinó destinar la siembra de las 55 hectáreas, a una institución, como una donación, se habló de la Policía o el Ejército.

Esta “gestión” que debieron realizar las autoridades, se la delegaron a los comunarios, a quienes se les indicó que al ser los interesados en que se devuelvan esos quintales de quinua, ellos deben buscar las empresas, ver precios y otros.

Esto fue cumplido por los comunarios pero la compra no fue inmediata, pues se realizó una licitación, que se declaró desierta.

Y en cuanto a los trámites que se realizan para dar solución definitiva a este conflicto, que no se trata sólo de un tema agrario, siendo el mismo secundario, sino de un problema de delimitación de territorios, es la Unidad de Límites, que cambió de responsable, precisamente porque con Johnny Suárez, no se encontraron soluciones; que deben orientar y guiar estos procesos, y así determinar los espacios para evitar enfrentamientos, que estarán latentes.

CHILE

El 2013, se presentó una denuncia respecto al ingreso de carabineros chilenos a Bolivia, y que no sería la primera vez que habrían ingresado, esto provocó que se movilice a los representantes de la Cancillería, quienes junto a las autoridades orureñas, se dirigieron a los hitos, donde se verificó que no hubo remoción de los mismos.

Sin embargo, la denuncia refirió que carabineros ingresaron a territorio boliviano, no que se removieron los hitos, pero no se creyó al comunario denunciante, Jacinto Mollo, una persona de la tercera edad, por lo que el tema quedó en nada.

Sin embargo, este hecho permitió verificar que las fronteras bolivianas por el lado de Oruro, no cuentan con resguardo de ninguna naturaleza, pues no hay más que ancianos y algunos rebaños que están como centinelas de las fronteras, y que en caso de alguna incursión sospechosa las autoridades se enterarían luego de varios días, que transcurren para que los comunarios puedan llegar hasta la capital.

También se cuestionó que dentro de la ciudad existen varias unidades militares, cuando su misión es precisamente resguardar las fronteras.

A partir de ello, representantes de la Agencia para el Desarrollo de las Macrorregiones y Zonas Fronterizas (Ademaf) realizan actividades para fortalecer las fronteras en el occidente del país.

Fuente: LA PATRIA