Con una serie de actos, una exposición de alto nivel y la presentación de un gigante plato del cereal andino se cerró el Año Internacional de la Quinua y por los informes de autoridades que se encargaron de la promoción del producto se logró la meta de posesionar el producto en el mercado internacional.
El ya famoso “grano de Oro”, cuya mayor producción se da en el occidente boliviano y particularmente en la zona de Salinas de Garci Mendoza en la jurisdicción orureña, nominada como la capital de la Quinua, alcanzó índices de alta productividad y una sustancial mejoría en su tratamiento industrial para llegar a los mercados externos y satisfacer las exigencias de calidad de los importadores y de una masiva demanda de consumidores.
El Año Internacional de la Quinua satisfizo por tanto la intención gubernamental de saturar los mercados externos con una adecuada presentación del producto mostrando sus incomparables cualidades nutricionales, exclusivas de este grano que no puede ser reemplazado con otro en ningún lado del mundo, pese a que en varios se están experimentando plantaciones de quinua pero con un resultado negativo, pues las condiciones de su maravillosa composición de nutrientes, sólo es posible en el grano de oro cultivado en la zona altiplánica de Bolivia, de ahí que ninguna imitación o emprendimiento agrícola podrá sustituir el milagro de la naturaleza que se da en el campo original de su producción.
Si bien el Año Internacional de la Quinua motivó también un incremento en los índices de producción y exportación, el avance en el proceso de concienciación ciudadana nacional por el consumo del grano se movió hacia arriba pero con baja incidencia debido a factores especiales, uno la idea de que teniendo la mayor cantidad del producto lo podemos consumir más adelante y la otra, aunque parezca raro es el precio del producto listo para consumo que ha encarecido en más del 100%, con relación a poco más de un año atrás. El motivo es que la quinua se encarece por la demanda externa, por lo que se precisan políticas especiales para que ese hecho no influya en su venta y uso en los hogares del país.
Hay otro problema muy serio y es el contrabando, que se ha detectado, de la quinua boliviana hacia los mercados del Perú principalmente, pero también a la Argentina e inclusive Colombia, como refiere un reciente informe de la Cámara Boliviana de Exportadores de Quinua y Productos Orgánicos, entidad que controla la producción y la comercialización del producto, estimando que en el último tiempo más de 20 mil toneladas de quinua fueron vendidas ilegalmente a los países señalados.
Se establece que Challapata es el centro comercial de la quinua donde los fines de semana se vende grandes cantidades del producto, por supuesto sin ningún control que identifique su futuro destino, uno muy próximo sería el Alto de La Paz, de donde posiblemente sigue la ruta del Desaguadero hacia el Perú.
El Año Internacional de la Quinua ha servido para detectar varios problemas que confrontan los productores, asimismo las debilidades que son más que las fortalezas en el proceso productivo y en la fase de industrialización de la quinua, producto que ya tiene mercados asegurados, por lo que urgen programas especiales para incrementar su producción, mejorando su calidad y diversificando su industrialización para competir directamente con productos elaborados y reconocidos en los grandes centros externos de abasto.
Fuente: LA PATRIA
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