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Domingo 31 de enero de 2010

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Revista Dominical

Toma esta vela, hijo

31 ene 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: Bernardino Zanella

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Febrero: mes importante para Oruro.

Ya el día primero se realiza la gran Peregrinación al Santuario del Socavón, la procesión de cirios, para manifestar la devoción a la Mamita en vísperas de su fiesta, la Virgen Candelaria, el 2 de febrero.

Y están el Festival de Bandas, el último Convite, la Anata Andina y todo el despliegue del Carnaval, a partir de la Entrada del sábado de Peregrinación.

El 10 de febrero recordamos la insurrección de la ciudad, el 1781 (documentos recientes nos informan que los líderes del levantamiento, Sebastián Pagador y los hermanos Juan de Dios y Jacinto Rodríguez eran devotos de la Virgen del Socavón).

El 17 de febrero iniciamos la Cuaresma, con el miércoles de cenizas, y los Siervos de María adelantan al día anterior la fiesta de los Siete Santos Fundadores.

Un mes lleno de memorias y celebraciones.

El lema que tendrá que iluminar la Peregrinación del día primero de febrero y todo el mes será: “Toma esta vela, hijo: camina a la luz de Cristo”. Es un lema inspirado por la misma sagrada Imagen de la Virgen del Socavón, la Candelaria, que con su brazo tendido ofrece a cada peregrino y devoto su vela prendida. Esa vela quiere orientarnos a Cristo, “la luz verdadera, que ilumina a cada hombre que viene a este mundo” (Jn 1, 9). Jesús es la manifestación histórica de la luz-vida que viene de Dios, y que se opone a las luces falsas o parciales que intentan atraernos. Este símbolo de la luz nos ayuda a entender que Dios es la fuente de la vida, y que la vida, en todas sus manifestaciones, es la luz que debe apasionarnos permanentemente. La vida es la única verdad, que precede todas las doctrinas e instituciones, todas las religiones e iglesias. Los gestos de Jesús, sus enseñanzas y su vida, manifiestan un constante ofrecimiento de vida: “He venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. Por eso, una de las formas para educarnos a ser infatigables cultores de la vida, será nuestra dedicación a la Palabra de Dios: “Lámpara es tu Palabra para mis pasos, luz en mi sendero” (Salmo 119, 105). También cuando despedimos a un hermano o hermana que se ha muerto, le deseamos: “El eterno descanso dónale, Señor, y brille para él/ella la luz perpetua”.

Peregrinar al Santuario, pasar a los pies de la sagrada Imagen de la Virgen del Socavón, significa dejarnos inundar por la luz de Cristo y comprometernos en el servicio de la vida, sobre todo la vida más frágil y amenazada. El cambio que se está produciendo en el país ojalá vaya apuntando siempre más a la inclusión e igualdad de todas las personas y a una gran solidaridad y justicia para con todos los seres vivientes y plena armonía con la madre tierra.

Fuente: LA PATRIA
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