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Jueves 12 de diciembre de 2013

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Ecológico Kiswara

Editorial

Crímenes sin sanción

12 dic 2013

Fuente: LA PATRIA

Según la ley boliviana 1333 “El medio ambiente y los recursos naturales constituyen patrimonio de la Nación, su protección y aprovechamiento se encuentran regidos por Ley y son de orden público”, sin embargo, existen personas, inclusive autoridades que contravienen dicha norma y todo queda en total impunidad.

Los árboles son parte esencial del medio ambiente, por lo que a través de dicha ley, también están protegidos contra cualquier tipo de daño, sin embargo, en la década reciente vimos que varios de ellos sufrieron todo tipo de daño y nadie pagó por eso. Sin ir lejos, un árbol fue quemado en plena plaza principal 10 de Febrero en la presente gestión, cuando ocurrieron enfrentamientos entre policías y mineros, pero no se siguió ningún proceso, no existe un responsable que responda por el daño a ese bien medioambiental y el caso quedó en la total impunidad.

Un caso emblemático es el de la gestión prefectural de Luis Alberto Aguilar, quien ordenó quitar dos árboles centenarios del patio de la actual Gobernación, para modificar el espacio y convertirlo en un lugar cerrado cubriendo el sector con una cúpula con la imagen de una cruz andina, un capricho del gobernante de entonces para demostrar que era fiel a su ideología, los árboles no fueron repuestos y nadie fue señalado como culpable de semejante crimen.

También vimos algunos arbolitos derribados por conductores ebrios que chocaron contra estos seres vivos destinados a purificar el aire que respiramos, es decir son los pulmones de nuestro planeta, pero personas inescrupulosas no tienen el mínimo respeto por esas vidas que al fin y al cabo están también para mejorar nuestra propia calidad de vida.

Para algunos vecinos, resulta un verdadero fastidio tener que limpiar las hojas que caen de los árboles, en especial en época de otoño, por lo que hacen podar al máximo los que tienen en sus aceras o simplemente los hacen quitar, matando su raíz.

Lo peor de todo es que esos árboles luego no se reponen y cuando se quiere reforestar ciertas zonas de la ciudad, resulta que otros, malentretenidos, se dedican a arrancar los retoños y destruyen o se roban las cercas que se pone para protegerlos, por lo que muchos no llegan a prosperar y menos convertirse en árboles que nos proteja con su sombra.

Matar un árbol es un crimen, por lo tanto no pueden quedar sin sanción, cada que se presenta un caso de tala de árboles se debería exigir a quien cometió el ilícito a que reponga otro en su lugar o sufrir alguna sanción, que puede ser pecuniaria o con cárcel.

Fuente: LA PATRIA
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