Contra la regla: Los precios que suben ya no bajan
05 dic 2013
Fuente: LA PATRIA
La apreciación lógica dice que “todo lo sube debe bajar”, pero en la práctica del comercio criollo, los precios que suben ya no bajan, eso sucede casi siempre cuando por cualquier causa, con pretextos justificados o no, se generan olas especulativas que aprovechan muy bien los comerciantes en general, más aún en épocas próximas a festividades especiales, el caso de la Navidad, el año nuevo, carnavales y otras fechas propicias de ventas masivas.
Influye también en los procesos inflacionarios, condiciones de orden político que sirven para alzar los precios de artículos de primera necesidad, por ejemplo sólo para recordar un pasado ejemplo el caso del gasolinazo que en 48 horas de vigencia disparó los precios de principales artículos, que ya no volvieron a bajar pese a que la medida fue anulada.
Actualmente estamos frente a proceso de doble connotación, por un lado el anuncio oficial del pago de un aguinaldo doble hace que los comerciantes tomen sus propias previsiones para rescatar parte de ese pago extra a través de cualquier comercio que efectúen, pero particularmente los artículos de temporada, pues no será sólo la Navidad, con el primer aguinaldo, la oportunidad se extenderá hasta febrero cuando se cancelará el doble obsequio con los recursos del Estado para el sector de la administración pública especialmente y algo de los asalariados del sector privado.
En la actualidad las amas de casa que tienen a mano el termómetro, por ahí el barómetro, pero más claramente el “mercadómetro” han detectado que el precio de los principales artículos de la canasta familiar ya tienen un incremento, leve en algunos casos, pero en la mayoría con incidencia directa en los presupuestos familiares que están perdiendo su valor adquisitivo ante la inexorable llegada de las fiestas de fin de año, pero con fuerte efecto que proviene del anunciado pago del doble aguinaldo.
Como no todos los sectores tienen un aguinaldo oficial, precisamente el caso de los comerciantes, gremiales en general, estos tienen que darse modos para obtener su propio aguinaldo y la mejor manera de hacerlo es incrementando centavos y pesos en los productos que venden o en los servicios que prestan.
La ciudadanía en conjunto, compradores o beneficiarios de servicios, es la que tiene la obligación de cubrir forzosamente el pago de esos aguinaldos que se instauran discreta y obligatoriamente y que por su específico valor de temporada suben y suben fuera del control de autoridades, implícitamente comprometidas en esa alianza con los sectores del comercio legal y también del informal.
En la presente gestión como dicen comúnmente, la “cosa viene dura” pues se trata de la explosión salarialista adornada con un doble aguinaldo, cuyo pago se extenderá hasta el próximo año, pero dejará la secuela de los precios que suben y ya no bajan. Ese desajuste presupuestario familiar, no podrá ser cubierto pues cualquier incremento de sueldos vendrá – con suerte – a mediados del año próximo.
Están en el proceso alcista las tarifas del transporte público, se mantienen ya con elevación y pueden subir aún más los precios en almacenes de abarrotes, ni qué decir en los mercados y hasta en las tiendas de barrio, es decir que pese al compromiso de un Ministro de Estado que tenía toda una estrategia para evitar la especulación, lo evidente es que el pueblo sabe y siente que contra la regla existente … los precios que suben no bajan.
Fuente: LA PATRIA
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