Miercoles 04 de diciembre de 2013
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Editorial y opiniones
La Navidad es festividad religiosa, no de regalos
04 dic 2013
Por Armando Mariaca V.
Año tras año, el ser humano vive contradicciones graves con motivo de la Navidad: gastan las personas lo que tienen y lo que no; no vacilan en contraer préstamos; cada quien, en su medio, parece que trata de mostrar economías dispendiosas porque “la Navidad lo exige”.
Hay una verdad indiscutible: la Navidad, remembranza del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en el pesebre de Belén, recuerda un mensaje de Dios: “Gloria en las Alturas y Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad”. Ese mensaje es la presencia de Jesús en los hombres, Dios Hijo que predicó paz, amor, unidad, caridad y perdón; no predicó amor al dinero ni a las cuestiones materiales. Mostró que el hombre, como hijo de Dios está destinado a convivir entre sus hermanos, a practicar virtudes que se deben hacer valores y principios, no predicó armamentismo, desunión, confrontaciones entre naciones, apego al materialismo y menos discordias en la familia humana.
La Navidad, como se la recuerda y festeja, debe ser motivo – por igual – para que todos los pueblos, inclusive los no cristianos, no tengan más apego al materialismo, a la ostentación, al regalo, al festejo sino a la práctica de la unidad y el amor, a la reconciliación y a las formas más honestas de ver la vida con esperanza.