Ha transcurrido un año y aún no se conocen los datos finales y oficiales del censo que se desarrolló en noviembre del 2012 y que se supone ya debía tener un marco referencial definitivo, especialmente en lo que denominan “los resultados del conteo desagregado”. No se conoce ninguna justificación que explique esta deficiencia en el trabajo del Instituto Nacional de Estadística, INE.
Dadas las características de lo que será el año electoral venidero y las implícitas obligaciones que tiene el Tribunal Supremo Electoral (TSE) para establecer las nuevas delimitaciones de las circunscripciones territoriales es que se espera esos datos lo más pronto posible, pero noviembre se acaba y diciembre cierra la gestión presente.
El problema es realmente complejo pues con los datos oficiales del censo que proporcione el INE, el Tribunal Electoral podrá definir un nuevo mapa de las circunscripciones que debe ser objeto de un tratamiento especial y socializado ampliamente antes de su aprobación en la Asamblea Constituyente y definir los límites poblacionales para los efectos electorales, además de lo que significará el establecimiento concreto de jurisdicción y reconocimiento de territorio y población, que también establece los derechos económicos que tiene cada región para encarar su desarrollo.
El tiempo ha transcurrido inexorable y hace un año que se desarrolló el operativo censal para conocer datos de población y vivienda en el país, lo que abre una expectativa en torno al crecimiento que es el indicador más claro sobre el desarrollo de la nación. Con los datos parciales, aumentó nuestra población pero la falta de todos los datos que se necesitan para establecer los otros parámetros de crecimiento, aún no están listos y la duda sobre la efectividad del costoso operativo no tiene los resultados esperados.
Hay una serie de cuestionantes a las tareas del INE y del Ministerio de Planificación del Desarrollo, se produjo la renuncia del ejecutivo del INE y tal proceder deja flotando una inquietud sobre lo que sucedió realmente entre las autoridades superiores que desde dos instancias manejaron el proceso censal.
Al presente y lo repetimos, a un año de realizado el censo es muy clara la falta de actualización cartográfica, tanto así que persisten los problemas limítrofes de manera especial en el caso de Oruro y Potosí, donde la delimitación oficial todavía no se aprueba y los discordes entre comunarios requieren de vigilancia policial para evitar confrontaciones.
Lo que se necesita es tener de una vez actualizada la base de datos oficiales del censo, con lo que se podrá exigir el cumplimiento de metas y objetivos en función al crecimiento de población, expectativas económicas y por supuesto antes de las elecciones venideras la distribución de escaños. Parecerían cosas simples, sin embargo constituyen aspectos primordiales para dar paso sin dudas al proceso democrático que llevará a todos los bolivianos una vez más a las urnas.
Según manifiestan los expertos, incluyendo analistas y algunos políticos, el censo 2012 no ha cumplido su objetivo, se gastaron más de 20 millones de dólares y el resultado de ese operativo a un año de realizado es totalmente inconsistente con los fines que pretende establecer el gobierno para ejecutar políticas más agresivas en materia de producción, pero se entiende con una relación de equidad y seguridad para los bolivianos.
Demorar más tiempo en presentar la información final y completa del censo puede ocasionar una serie de distorsiones que alteren los procesos de orden socio económico de las regiones, pero además el de orden electoral.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.