Viernes 22 de noviembre de 2013
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Para muchos el tener un vehículo propio es una necesidad, para otros un lujo, pero para una gran mayoría un verdadero martirio, porque nadie duda que casi siempre se llega a destino a pie que en una movilidad, las trancaderas están a la orden del día y si se consigue "parquear" en algún sitio es toda una proeza, una ciudad relativamente pequeña da la impresión de haber más vehículos motorizados que habitantes.
Si el parque automotor es tan crecido ha generado un otro problema que tiene relación con los garajes que sirven de alojamiento vehicular, y sin exagerar se puede afirmar que los propietarios de esos alojamientos, ya no tienen necesidad de trabajar, porque obtienen pingües ganancias, porque si ayer cobraban 5 bolivianos por una noche, hoy cobran Bs. 10 y si se quedan todo el día "sus tarifas" pueden duplicarse o triplicarse, sin que nadie los controle, sumándose a todo esto el despotismo de los propietarios cuya concupiscencia es ilimitada. Al margen de todo ello, no sabemos si sus ingresos obligan a tributar al Fisco, es decir como mandan las disposiciones tributarias, ya en que en algunos garajes cada noche se hospedan 30 o más vehículos grandes, pequeños y medianos, siendo fácil imaginar los dinerillos que perciben sin control de ninguna naturaleza.