Viernes 22 de noviembre de 2013
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Una gran mayoría de los analistas políticos y cientistas sociales del país, señalan que el momento político que está viviendo Bolivia es irreversible, no porque vayamos por un buen o mal camino, sino porque el país no volverá a ser como antes, es decir, como era en la época de los gobernantes “neoliberales”.
En la construcción del Estado Plurinacional, el Estado está armando el andamiaje de un nuevo orden simbólico, apelando a los imaginarios colectivos de los indígenas originarios campesinos, más que todo andinos, que vienen de un pasado cultural de oralidades, mitos y símbolos, que son reapropiados por una identidad colectiva actual correspondiente con el Estado Plurinacional.
Hace una semana, en la localidad de Peñas del departamento de La Paz, se recordaba 232 años de la muerte del líder aymara Túpac Katari, descuartizado por cuatro caballos por órdenes del yugo español. Este fue el líder indígena que inmortalizó la frase “Volveré y seré millones”. En esa oportunidad, las autoridades departamentales y de las organizaciones sociales, emitieron sendos discursos hacia la multitud, en los que lo más importante, sin duda alguna fue la reproducción de la memoria histórica de los pueblos, de esa historia de larga duración presente en los campesinos e indígenas del altiplano, que recuerda a sus líderes naturales que ofrendaban sus vidas para la liberación de su pueblo de la opresión colonial. Posteriormente en la época republicana, seguían esperando que, en un tiempo no muy lejano, llegue un líder que pueda luchar junto a ellos.