Lunes 18 de noviembre de 2013
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Editorial y opiniones
La barbarie en las entrañas del imperio estadounidense
18 nov 2013
Por: Adhemar Ávalos Ortiz
La propaganda y el manejo astuto, además del control financiero e ideológico de los medios de comunicación han hecho posible, aunque no de manera absoluta, fijar la idea de que la democracia ideal es la estadounidense a través de un modelo de país que implicaría, aparentemente, el gozo infinito de libertades: de pensamiento y expresión, de acceso al trabajo, a salud, educación y vivienda y a la tecnología en sus formas más modernas, en suma a la concentración de la felicidad humana en su forma más expresiva.
Es una verdad muy rústica, la que se mediatiza por el uso de una serie de instrumentos de manipulación, unas veces sutiles y otras terminantemente burdos, que llega sistemáticamente a la psiquis de las personas, distorsionando las percepciones reales del mundo circundante y profundo. En este caso, las redes sociales ayudan, pero también pueden ser muy peligrosas para el sistema ya que su control es complicado.
Calando en el tema, resulta claro que se trata de un ejemplo claro de democracia restringida, donde los grupos de poder (local, regional, estatal y de nivel nacional) determinan el límite de acción de la gente de a pie que intenta defender sus derechos asumidos equivocadamente como sacrosantos. La sociedad estadounidense se encuentra secuestrada por su propia historia, presente y devenir. El complejo militar, industrial y financiero la tiene completamente convencida de la inevitabilidad de resistirse al placer de ser la guardiana del futuro de la Humanidad, aunque no le explica el porqué real de esa predestinación cuasi divina, la que no debe ser amenazada a riesgo del aplastamiento total.
