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Domingo 17 de noviembre de 2013

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Revista Dominical

El guión cinematográfico y la novela

17 nov 2013

Trabajo presentado por Vicente González Aramayo Zuleta en el VIII Congreso de Sodesbo “Gladys Dávalos Arze”, en Oruro, en fechas 3, 4 y 5 de octubre de 2013

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Más concretamente la dramaturgia puede ser el antecedente del guión cinematográfico, y ahora podemos apreciar que la novela para ser llevada a una película debe pasar por el guión técnico, necesariamente, en lo que me detendré más adelante. Veamos antes alguna noción sobre los géneros literarios.

Se usa en forma permanente la palabra “Tragedia” para referirse a las obras de Shakespeare por ejemplo, pero si definimos lo que es tragedia, de acuerdo con los expertos que catalogaron los géneros literarios, esas no son del género trágico, aún cuando así lo parezcan, son el género dramático. La tragedia corresponde a los hechos acaecidos en los palacios griegos, dentro de ellos por voluntad del destino o del deseo de los dioses y semidioses. Así lo relataron los trágicos Eurípides, Esquilo y Sófocles. En suma, corresponden a remotas épocas. No obstante, a fines del siglo XIX se imita a las tragedias, así lo hizo Unamuno, con su obra “Fedra”, aunque no es el mundo griego trasladado.

En suma los géneros de las obras son tres: el drama, el melodrama y la comedia. Consiguientemente obras como las del dramaturgo inglés, tal como dijimos, corresponden al género dramático. El melodrama, deriva del drama y a este género corresponden las obras más comunes, sin que signifique que tengan menos importancia. En la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños en Cuba, el profesor Domingo Piga dijo que habiendo recogido la opinión de críticos del arte cinematográfico, con relación a la novela común, el paradigma del melodrama era la telenovela. Este género tiene características bien peculiares, siempre resultan exitosas para el engolosinamiento del común de la cultura. Precisamente por esta razón le asignan elementos que se pegan al lector o televidente. El género de la comedia se inició con Aristófanes, en Grecia antigua y tuvo gran desarrollo en dramaturgia y cine. Es un género muy explotado y ha tenido algunos autores geniales, y en el cine el paradigma es Charles Chaplin.

Efectivamente, la dramaturgia, ha sido la plataforma del guión cinematográfico, pero éste debe ser analizado como cuando se prepara una fórmula química. Una buena película requerirá entonces un buen guión, puesto que si no es bueno el guión, ni un buen director podrá lograr una buena película y el guionista debe analizar profundamente el argumento, se halle en cuento o novela u otra forma de argumento. Por ejemplo el cuento del Dr. Beltrán Salmón “Vuelve Sebastiana”, aún no era guión hasta que seguramente el cineasta Ruiz, tuvo que traducirlo en el guión técnico. El guionista en muchas grandes empresas cinematográficas es empleado de la producción, pero su labor debe ser tan minuciosa como la de un entomólogo o filatelista. Depende de ello para que la película tenga relieve, los personajes tengan cuatro dimensiones, y la trama acceso dialéctico. Claro que también la novela debe ya tener esos elementos. Hay novelas que quitan el sueño, porque lo toman a uno como un garfio. Entonces los personajes ya en la novela no deben ser acartonados y planos y que el argumento no tenga ese acceso dialéctico, que permitan el constante interés del lector. A veces los personajes son únicos por sus características singulares, por ejemplo la Naná de Emilio Zolá, es única por su forma de ser, su carácter, sus antecedentes genéticos. Considerando todo eso Naná es una mujer mala en muchos sentidos y si la novela resalta por la expresión del personaje descrito por el escritor, la actriz de la película también debe mostrar esas características. Por estas razones este tipo de obras corresponden a la escuela Naturalista. Inspirada de alguna manera en los estudios del sacerdote Mendel de fines del siglo XIX. En los estudios de este cura filósofo se puede ver que las personas, vienen ya con algunas características genéticas que precisamente les hace únicas como es Naná, que tenían antecedentes sifilíticos. Deslindando lo que afecta al ser humano socialmente, trae esa base al nacer, como digo, la parte física del organismo. Puede tener incidencia en la conducta, siempre que no sea delito, porque no existe el criminal nato y porque es social. La formación del carácter cuando es social, como el medio en que vive y la influencia de la comunidad en que se desarrolla, puede ser el hogar, el barrio, los amigos y otras causas. Otro ejemplo: en la novela “Los Miserables” de Víctor Hugo, el personaje central Juan Valjean, es un joven ladrón condenado a galeras por hurto de pan para sus sobrinos, tiene gran volumen y personalidad. Ninguno de los personajes a los que sucesivamente representa este mismo protagonista en la novela, como Valjean, Monsieur Madeleine, Monsieur Duval, resulta plano, sin esa vida y relieve que debe tener una novela de esa magnitud. Es también admirable la calidad de Monseñor Myriel. Éste era el obispo y cuando Valjean es liberado nadie quiere darle asilo ni alimento por ser expresidiario. El obispo lo hace, pero el exconvicto huye a media noche saqueando la vajilla de plata de Monseñor. Cuando por la mañana la policía lleva a Valjean a la casa del obispo para comprobar si le fue regalada la vajilla como sostuvo, la sorpresa es grande, no sólo para los policías sino para nosotros los lectores la grandeza del prelado, y más aún cuando tomando dos candelabros de plata le entrega a Juan diciéndole: “Juan, estos candelabros también te regalé… te olvidaste llevarlos! … Es emocionante cuando el duro expresidiario no puede reprimir dos lágrimas que empañan sus ojos. El obispo le dice: “Anda en paz Juan… prométeme que cuando puedas darás…” Años más tarde se lo ve como al alcalde de la ciudad, como un gran industrial y hombre generoso. La nobleza que muestra el que fuera un día presidiario de galeras hace de él un gigante en todos los detalles de la novela, y esa grandeza resalta también Víctor Hugo cuando comunican a Monsieur Madeleine que juzgarán Valjean en Arrás. Él es Valjean. Era rico, opulento, podría dejar que juzguen a otro en su nombre, por haberlo confundido y seguir gozando de la vida, pero no. Se dirige a la Corte con solemnidad para identificarse como Juan Valjean reconociendo a los testigos que depusieron en el otro como si fuera él. Desde ahí debe andar huyendo después de haber adoptado a Cossette, una niña huérfana, cuya madre muere como consecuencia de la pobreza y miseria por la que atravesaba Francia después de la era napoleónica. La misma novela igualmente ha dotado del mismo carácter a otros personajes como el Inspector Javert. Este hombre debe cumplir la ley a rajatabla... o morir. Persigue a Valjean toda su vida, pero se le forma un dilema existencial. Llega a admirar y respetar al hombre, mas debe cumplir la ley. Entonces sintiendo que en él aflora también el ser humano altruista por encima de un corazón tan duro como una piedra, prefiere morir, para no perseguir más a Valjean, sólo así no podría cumplir con su deber. Entonces se arroja al río Sena. Existen muchas películas sobre la novela “Los Miserables”. Claro, los actores ponen de sí su parte para resaltar y colocarse debajo de la piel del personaje de la novela. Tres buenas películas fueron cuando hacen Frederic March, Jean Gabin y Michael Rennie hacen el papel de Valjean, en las respectivas películas. Se observa que para haberse logrado tan buenísimas producciones los guiones tienen que haber sido óptimos. La literatura, sea novela, cuento y teatro tienen sus factores que hacen fuerza y cuerpo, por ejemplo el hilo narrativo, las transiciones, las elipsis y la metáfora. El guión cinematográfico, ya debe contemplar esos recursos; en teatro por ejemplo una elipsis de tiempo puede ser cuando cae el telón al cerrar un acto. En ese acto un personaje es niño, se cierra el telón y cuando se abre de nuevo el niño ya es un hombre. En el cine se puede hacer con una cortinilla de fundido encadenado. La metáfora de la literatura para hacer el guión debe traducirse al lenguaje de la imagen, al equivalente icónico. Un ejemplo solamente: uno de los cuentos sobre la Guerra del Chaco en el libro “Sangre de Mestizos” del genial escritor don Augusto Céspedes trae la siguiente metáfora: un coronel era casado con una bella mujer beniana a la que a sus amigos y camaradas la miraban con cierta picardía, y el esposo se retorcía de celos. Como una mala suerte, el militar es enviando al Chaco, cuando ya comenzaron las hostilidades. Imaginémonos entonces la preocupación que le causó dejar a su bella mujer en La Paz. Sin embargo encomendó a un amigo para que le haga el enorme servicio de vigilarla y ponerle al corriente de su conducta. Le llegó una nota, quizá la esperada. En efecto, se enteró a través de la nota que su mujer “…se ha metido con…” que era su amante”. Entonces ésta es la metáfora: “…el filo del papel le guillotinó el corazón…”. Si esto fuera llevado al cine, en el guión ya debe transformarse, esa bella metáfora -como tengo dicho- en el equivalente icónico es decir, la expresión de dolor reflejada en el rostro del coronel y la mano crispada estrujando el papel, pues no podría haber naturalmente, un papel guillotinando un corazón.

En la Escuela de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños, Cuba, solían dar un ejemplo sobre la elaboración del guión de esta manera: la pieza literaria es el vellón, este vellón hilado es el guión y la prenda tejida, la película. Allí mismo la opinión personal de un docente era que el cine no se ha difundido para los exquisitos, sino ya habría desaparecido, fue más para el mundo de cultura mediana, pues predominando la imagen, incluso, más para analfabetos. También aclararon que cualquier tipo de argumento de película, lo que suelen llamar género no lo es, sino temática… así, temática de western, temática policial… futurista… científica, etcétera.

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