El diálogo bilateral y el asunto de la mediterraneidad boliviana, son parte de la amplia propuesta política de la candidata presidencial de Chile, Michelle Bachelet que este domingo podría adjudicarse el triunfo electoral en primera vuelta tras la participación voluntaria del amplio electorado del país vecino, donde la corriente política que dejará La Moneda en breve, no mostró mayor interés en restablecer las relaciones con Bolivia.
La posición marcadamente renuente del mandatario Sebastián Piñera, impidió durante toda su gestión un seguimiento a la agenda de 13 puntos que se logró establecer en el primer periodo de la Presidenta Bachelet y que casi con seguridad será reactualizado si el voto ciudadano chileno favorece su nueva elección para conducir los destinos del vecino país.
Recordemos que los dos países no mantienen relaciones diplomáticas a nivel de embajadores desde hace años y sólo en el 2006 aprobaron un mecanismo de diálogo con la agenda de los 13 puntos que incluyó de manera oficial el “tema marítimo”. Lamentablemente el tratamiento del acuerdo no avanzó en su contenido más importante por el cambio de gobierno que se produjo con la posesión de Piñera que “congeló” la agenda e insistió en respetar el Tratado de 1904, documento que finalmente también incumple Chile al perjudicar las operaciones portuarias en Arica, donde se propuso una administración conjunta o directamente boliviana, para hacer efectivo el contenido del Tratado que Chile maneja como argumento de relaciones conjuntas, pero que lo incumple solapadamente.
La propuesta de la candidata favorita en Chile al referirse a la política internacional que desplegará en una nueva gestión y de manera especial al tocar el tema de Bolivia, refiere: “Lo fundamental será retomar el camino del diálogo iniciado en 1999 y el clima de confianza mutua conseguido durante el periodo de 2006 al 2010. La plena normalización de relaciones con Bolivia es un objetivo al que aspiramos”, es el texto preciso que presentó la candidata en su programa electoral.
Las notas recientemente publicadas en la prensa chilena, ante la inminencia de las elecciones y el resultado de las encuestas electorales que maneja el Centro de Estudios Públicos (CEP) que ubica a la candidata chilena de la alianza de centroizquierda, Nueva Mayoría como la futura Presidente de Chile, ha generado reacciones especiales, inclusive en el actual canciller chileno que, cosa rara al cerrar propiamente su mandato, se inclina por alentar un diálogo abierto con Bolivia, son las cosas de la incongruencia diplomática.
De todos modos, la expectativa sobre el resultado de la elección en Chile, se extiende al esquema político nacional, no sin razón, pues en adelante podrían darse condiciones apropiadas para reivindicar los anhelos bolivianos que serán considerados en un nuevo escenario en el que se reabra el diálogo La Paz–Santiago con objetivos inclusive más amplios hacia los fines de la integración que propugnan los pueblos de América.
Hay que recordar que la decisión boliviana de plantear un juicio en la Corte Internacional de Justicia en La Haya contra Chile fue motivada por la cerrada actitud de la diplomacia chilena a mantener el diálogo y el tratamiento de la “agenda de los 13 puntos”, que con buena voluntad y criterios de mayor solidaridad pueden restablecerse, inclusive al amparo de excepcionales relaciones del pueblo vecino para con Bolivia y su gente, lo que no tomó en cuenta la cerrada actitud política de los gobernantes que acaban su gestión.
Fuente: LA PATRIA
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