Viernes 29 de enero de 2010
ver hoy
Estoy casi seguro que ninguno de los colegas que escriben en la prensa nacional —y más aún en artículos, columnas de opinión o comentarios que llevan nombre y apellido— tienen la intención de dañar al Gobierno o buscar confrontación. Al contrario, por todo lo que se lee en la prensa, que no sea oficial, sólo pretenden lograr la paz en nuestro país; sin embargo, está dicho que no puede haber paz, sin justicia, sin apego a las leyes, ni respeto a los derechos fundamentales del individuo, que son reconocidos universalmente.
El mismo Presidente del Estado Plurinacional, reconoció que “hubo Medios de Comunicación que lo ayudaron a corregir errores”; sin embargo, es también cierto de en muchas ocasiones tildó a los periodistas y los medios como sus “enemigos”, seguramente alentado por el entorno que hasta hace poco eran influyentes personajes en el Palacio de Gobierno. Y esa fue la reacción del ex Ministro de la Presidencia que dolido por su alejamiento del gabinete presidencial (se notaba en sus declaraciones, rabia, rencor y deseos de venganza) amenazó con leyes para sancionar “la calumnia y la difamación de los Medios de Comunicación” y se declaró “víctima” de la prensa, por ese tema nunca aclarado de los 33 camiones y su participación en los hechos de Pando, acusando a “algunos” directores de Medios de solicitar pagos por callar o negociar el lavado de su imagen. ¿Y eso no es calumniar y difamar? Sí lo es, si no llega a aclarar semejante acusación.
