El psicólogo responde

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Licenciada:

Tengo casi 57 años y mi esposo tiene 60.

Juntos atendemos un negocio. Aunque ya no están los hijos pues ya se han casado y son independientes, nosotros continuamos con el negocio.

Pienso que ya es hora de jubilarnos y descansar. Sin embargo mi esposo se aferra al trabajo y ésa idea ni se le pasa por la mente. Pienso incluso que deberíamos irnos a otra ciudad y tener un remanente del negocio, para no aburrirnos. ¿Qué aconseja?

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Querida amiga:

Es importante que piense en su esposo. Él se aferra al trabajo porque ya se ha acostumbrado a ello y una vez que esté jubilado, ya no tendrá la misma actividad que ha tenido después de tanto tiempo. La adaptación podría ser difícil para él, más aún si cambian de residencia.

Sin embargo no descarten la posibilidad de disfrutar de un remanente del negocio, ya que esto les ayudaría a ustedes y especialmente a su esposo a seguir de algún modo conectados al trabajo, no de forma exclusiva.

Cuando uno está jubilado y además tiene otros ingresos, no precisamente para subsistir, puede gozar de la recompensa después de los sacrificios de una vida dedicada al trabajo y a los hijos.

Es importante que estén proyectando su futuro pues el tiempo pasa rápido y si no toman decisiones ahora, no podrán gozar del descanso y disfrutar de su familia ni de su tiempo libre: nietos, viajes, gustos, mascotas, pasatiempos, paseos, deportes, el estar juntos, etc.

Si no logran ponerse de acuerdo visiten a un psicólogo para que pueda ayudarles. Es posible que algunos factores en la relación, en esta etapa, no estén funcionando.

Fuente: LA PATRIA